VIERNES, 22 DE NOV

Derechos reproductivos vulnerados por la pandemia

Desde el OVO, Observatorio de Violencia Obstétrica Regional Rosario, indicaron que han recibido denuncias en torno a que en diferentes hospitales públicos, los anestesistas se están negando a realizar su labor para la realización de ligaduras de trompas, ya que no la consideran una práctica urgente.

Por Gisela Gentile

En el transcurso de la semana han llegado diferentes denuncias al Observatorio de Violencia Obstétrica Regional Rosario. Una de ellas hace referencia a la negativa de los anestesistas de llevar a cabo su labor para poder realizar ligaduras de trompas.

Un hecho por demás de preocupante y que puso en alerta a los médicos de distintos centros de Salud, ya que no se está garantizando el acceso a los derechos reproductivos.

Si bien la pandemia por el Coronavirus ha colocado a todos los aspectos de la vida en jaque, es necesario remarcar cuando se toman decisiones arbitrarias y que van en contra de los derechos adquiridos. En torno a esto también se detectaron faltas de garantías de acompañamientos en torno al parto y al nacimiento respetado.   

Para conocer en profundidad cual es la situación real que se está viviendo en los centros de salud, dialogamos con Andrea Caminotti, psicóloga, doula e integrante del OVO (Observatorio de Violencia Obstétrica Regional Rosario). “En este contexto de pandemia desde el OVO se ven de manera más clara los dos paradigmas desde los cuales hoy se están acompañando todos los procesos sexuales de la personas. Por un lado el que corresponde a una ideología machista, patriarcal y capitalista, en donde los <profesionales> hacen partos a pacientes y el tiempo de acompañamiento es absolutamente mercantilizado. En dicho paradigma, abundan los protocolos, rutinas mecanizadas, violencia obstétrica, el no reconocimiento de derechos, y en donde se ignora la evidencia científica en torno a los procesos saludables”, comentó.

Existe otro paradigma que nada tiene que ver con la violencia, “por otro lado también se encuentran los y las profesionales que acompañan desde una mirada habilitante hacia las personas gestantes, y las que van a parir. En este paradigma no solo se habilita en los términos de posibilidad de parto, sino también en torno al uso de derechos, reconociendo a estas personas como sexuales, atravesando un proceso de salud y no de patología. Allí se concibe a las personas como usuarias de un servicio de salud y no pacientes, teniendo en cuenta un concepto de salud integral, donde confluye lo biológico, emocional, psicológico y cultural”.

Estos dos modelos de acompañamiento se ven más resaltados y profundizados en épocas de pandemia, “estamos viendo que quienes siempre acompañaron desde un paradigma que concibe al parto desde el arquetipo viejo (que aun sigue en vigencia), están programando cesáreas, no garantizando el acompañamiento en el momento de nacimiento, programando inducciones que muchas veces culminan en cesáreas, generando así, daños emocionales en las mujeres, ya que crean incertidumbre, angustias y miedos”, enfatizó Caminotti.

Desde el paradigma de parto respetado, la situación es otra. “Los y las que siempre acompañaron, lo están haciendo más que nunca, realizando consultas por videollamadas o en el domicilio de las mujeres que así lo desean. De este manera están  habilitando, desde su discurso médico, la posibilidad de partos domiciliarios, expresando sus deseos en torno a la existencia de Casas de Partos, ya que los hospitales y sanatorios no serían los lugares adecuados para nacer, sino que sería necesario una casa de parto o en domicilio”, sostuvo.

Al OVO también llegaron denuncias en torno al acceso a los derechos sexuales, “nos contactaron para comentarnos qué está sucediendo en los hospitales públicos, quienes lo hacen son trabajadores y trabajadoras que se desempeñan en los mismos. Allí los anestesistas no están queriendo hacer su práctica a las mujeres que tiene que ligarse las trompas. Es decir, que si una mujer va a parir y desea o necesita ligársela, los anestesistas se están negando”.

Esto va en contra de los derechos reproductivos, sexuales y de salud, “este último fin de semana existieron casos en donde dicha práctica fue denegada, pese a estar indicada por diferentes situaciones particulares o porque la mujer lo desease. Las mismas no pudieron realizarse por la negativa de quienes deben anestesiar”, indicó.

Situación más que preocupante que enmarca la vulneración de los derechos adquiridos, “lo que manifiestan los anestesistas es que sólo atenderán situaciones de urgencia y que la ligadura de trompas, no lo es.  Esto último no es así, ya que existe documentación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la OPS (Organización Panamericana de la salud) que funcionan como guía de atención para que no se vulneren derechos y se reconozcan estas recomendaciones. Si una mujer con riesgo de salud desea hacerse una ligadura de trompas, está dentro del marco de salud, y si bien no es cuestión de urgencia inmediata, lo es de manera mediata, ya que un próximo embarazo puede ser una complicación para su salud”.

Si bien los profesionales que se encuentran trabajando en diferentes efectores públicos, han realizado los reclamos pertinentes, no encuentran respuesta alguna. Cabe destacar que esta pandemia resultará transformadora en todo sentido. “Desde un análisis epistemológico como refería Thomas Kuhn, podríamos decir que ante el hito histórico, aparece un quiebre que llamamos crisis, y allí aparece la revolución y la oportunidad. Por ello consideramos que es la oportunidad de visibilizar las violencias del viejo paradigma y también resaltar el nuevo. Lo más importante es que las personas gestantes y aquellas que trabajamos en el área, tengamos en cuenta la ley de parto respetado ya sea a nivel nacional, provincial y la ordenanza municipal, la ley de la violencia contra las mujeres, la ley que del recién nacido, la del paciente, es decir todas la necesidades que garantizan el parto”.

Es fundamental que las instituciones vayan haciendo sus propias guías de acción, “la OMS la OPS, el Ministerio de Salud, de Género y de la Mujer, son instituciones que están a disposición y hacen circular sus documentos para garantizar el acceso a las prácticas anticonceptivas como así también al acompañamiento, al contacto piel a piel, a la lactancia materna, entre otras”.

Las redes de OVO son un canal predispuesto a la recepción, “se pueden comunicar con nosotras para facilitarle dichos documentos, modelos de planes de parto que tienen apartados especiales por el covid-19. Siempre recomendamos que al Plan se le adjunten los mismos para reforzar el pedido que en este momento es absolutamente legítimo”, concluyó.     

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