El Efecto: Derna Isla y la fuerza de las escuelas orquesta en barrios populares

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Yo puedo. Esa es la fuerza de lo que generan las escuelas orquesta infanto-juveniles. Estas dos palabras, simples y contundentes, pertenecen a Derna María Isla, directora y fundadora de varios de estos dispositivos, y que se ha dedicado incansablemente a acercar la música a los niños, principalmente de barrios vulnerables de la ciudad y la provincia. Como dice ella, es su “sentido, misión y propósito de vida”.

“Hay tantos factores que dicen que no podés, nosotros estamos para decir ‘sí podés’, y vas a poder junto a otros. El trabajar en equipo hace a la construcción de ciudadanía, genera una transformación personal, grupal, comunitaria y familiar. Hace a la promoción humana”, expresa Derna.

Derna hace una semana dirigió una orquesta de niños y adolescentes de un barrio popular en la Bolsa de Comercio de Rosario ante cientos de personas. En los casi veinte años de vida de la agrupación (el año que viene será el cuarto de siglo para más exactitud) se presentaron en infinidad de lugares, llegando al mismísimo teatro El Círculo. Hace algunos años que la directora no sale en los medios y se siente fuera de práctica. Pero solamente al principio, luego, al hablar de su sueño de formar una orquesta infanto-juvenil en barrios vulnerables se le pasa y se adentra en un viaje que atraviesa toda una historia de alegrías, golpes, obstáculos y conquistas.

Desde chica en Serodino no podía sacarse de la cabeza la pregunta: ¿para qué sirve la música? Siempre le veía la utilidad a otras disciplinas como la Medicina o la Ingeniería, pero creía que para la música tenía que haber algo más que el sentido de la belleza y del despertar emociones de una obra… una función social.

Esa duda siguió resonando durante sus años en la Escuela Municipal de Música de Rosario, el Profesorado provincial y sus estudios de Música en la Universidad Nacional de Rosario. Así, mientras daba clases en su cuidad natal y San Lorenzo a finales de los ’90 formó ensambles y grupos vocales. “Mi sueño era generar una red de escuelas orquesta”, recuerda.

El proyecto derivó en una orquesta infanto-juvenil en la escuela Juana Elena Blanco del barrio República de la Sexta de Rosario con colegas que daban clases a pulmón y ad honorem y entidades que donaban violines, violoncellos, contrabajos y otros instrumentos.

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En 2004 deben dejar la escuela, por lo tanto comenzó un periplo buscando un nuevo lugar, que encontró respuesta en la escuela del padre Montaldo de Ludueña. Ahora, la Escuela Orquesta del Barrio Ludueña -decana en su tipo-, depende del Programa Territorios Musicales de la Dirección General de Gestión Territorial de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, y cuenta con cuatro sedes: escuelas salesianas Padre Montaldo, Escuela San Luis Gonzaga (Carrasco 2545), Vecinal Empalme Graneros y Distrito Noroeste, con unos 300 alumnos y un equipo de treinta docentes en total.

“Es fundamental el acompañamiento de las familias y el trabajo de todos los equipos en las escuelas orquesta. Los docentes tienen una gran dedicación y capacitación, son custodios de los sueños de los chicos. La orquesta los acompaña en un momento de la vida que es precioso, la infancia, porque tenemos que generar las condiciones, así los chicos alcanzan las metas y las superan”, remarca la directora de la orquesta.

Una clara muestra de esa superación es el caso de algunos ex integrantes de las orquestas que han continuado la carrera de música egresando del profesorado y volviendo a la orquesta pero en el rol de docente.

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Red de orquestas

En el año 2005, Isla creó la “Red de Escuelas Orquestas”, cuyo objeto fue la creación, desarrollo y fortalecimiento de Escuelas Orquestas en nuestro país. De esta forma, las agrupaciones se multiplicaban, como los casos de la Escuela Orquesta “Unión y  Esperanza” (2010) y la Escuela Orquesta “San Juan Diego” (2013), actualmente dependientes del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe. O la Orquesta Infantil Argentina “Manuel Belgrano” (2014) y la “Camareta Saer”. Así como otras experiencias en diferentes localidades de Santa Fe.

¿Para qué sirve la música entonces?… Mejor preguntarse qué puede la música, qué puede un aplauso de un teatro, dice Derna: “Qué puede un instrumento en manos de un niño, qué puede un maestro, qué puede una orquesta de una comunidad cuando camina junta, organizada«. Unir a la gente, dar esperanza, sacar a los niños de una realidad desfavorable y brindarles un futuro que quizás nunca hubiesen imaginado, podría ser la respuesta. “Todo eso puede la música”.