DOMINGO, 01 DE DIC

El nieto 119 se reencontró con su madre en sede de Abuelas

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, presentó en público a Mario Bravo y definió el encuentro como un "milagro". "Ahora escucha mi voz y me abraza después de 38 años", dijo Bravo.

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, presentó ayer en público a Mario Bravo, el nieto recuperado número 119 que se reencontró con su madre, Sara, lo que definió como un «milagro».

«Vi la película de mi vida en blanco y negro. Pensás que te buscaron y que le faltaste a esa familia todos estos años. Lo que pasó es muy malo, muy feo, pero ya pasó. Yo tengo la suerte de haber encontrado a mi mamá con vida, eso es un milagro y tengo que aprovecharlo«, relató Mario, durante una conferencia de prensa en la sede de Abuelas, donde estuvo acompañado por su  pareja y su hijo mayor.

Bravo tuvo palabras de aliento para todos aquellos que tienen dudas sobre su identidad, para que se animen a consultar a los organismos de Derechos Humanos y bromeó: «Ahora tengo seis hermanos, sobrinos y muchos gastos para Navidad».

Sobre el esperado reencuentro con su madre biológica, Sara, señaló que fue «muy emotivo» y explicó: «Cuando dio a luz le pusieron una capucha y no escuchó más nada. Y ahora escucha mi voz y me abraza 38 años después».

Al respecto, Carlotto, testigo directo del encuentro, resaltó que «fueron larguísimos los minutos de ese abrazo con su mamá».

«Es lo que nos anima a seguir porque ese llanto era de amor. Lo visualicé como la mamá abrazando al bebé. No se podían separar. Era como si él estuviera naciendo en ese momento, porque era como una fusión en ese abrazo«, agregó la referente de Abuelas.

Más allá de manifestar su deseo por estrechar vínculos con su familia biológica, Bravo aclaró: «No reniego de mi pasado. Mis padres de crianza fueron engañados. Venían de perder una hija hacía seis meses y se dio la adopción«.

A su turno, Carlotto avaló las palabras de Bravo, al señalar que «lo criaron bien» y que «fue feliz con esa familia».

«Le dieron una contención y por eso es como es, sano, puro. No tiene oscuridades, tristezas ni rencores. Son personas que no le hicieron daño sino todo lo contrario», manifestó.

En un comunicado oficial, Abuelas informó que Sara fue secuestrada en julio de 1975 en Tucumán y fue mantenida en cautiverio, donde «dio a luz» entre mayo y junio de 1976.

Tras ser liberada en noviembre de 1976, «Sara, lógicamente, vivió atemorizada por el martirio que le tocó vivir».

«En 2006 se contactó con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y allí tomó intervención la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI). Este organismo abrió un legajo de investigación y en septiembre de 2007 su sangre fue ingresada al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) con la esperanza de dar con el paradero de su hijo», destacó el comunicado.

También se supo, a través de la lectura del documento, que Mario «desde muy chico sospechaba que no era hijo de quienes lo criaron», pero que recién «en febrero de este año, se animó a presentarse en la filial de Abuelas de Rosario».

«En agosto se cursó el pedido al BNDG para que se le efectúe la extracción de sangre y, el 19 de noviembre último, se informó el resultado del entrecruzamiento, que confirmó que es hijo de Sara», se informó.

«Tomamos conocimiento de la restitución de Mario antes de las elecciones del 22. Tomamos la decisión junto a la Presidenta de no comunicarlo antes de la segunda vuelta para no generar ninguna suspicacia», detalló el Secretario de Derechos Humanos de La Nación, Martín Fresneda, quien tomó la palabra luego de Carlotto y Bravo.

Para Carlotto, «estas cosas no pasan de milagro o magia sino porque hay un pueblo que va abriendo un camino que asombra al mundo entero» y dijo que en el contexto actual «se evidencia aún más la necesidad de profundizar las investigaciones», ya que «aún hay desaparecidos en vida», en alusión a los nietos no recuperados.

Consultada acerca del rol que adoptarán las organizaciones de Derechos Humanos a partir del recambio presidencial, garantizó que «en cualquier proceso político» sus «banderas» seguirán siendo «la memoria, la verdad y la justicia, sin ningún tipo de retroceso».

Durante la conferencia de prensa estuvieron el jurista español Baltasar Garzón; la subsecretaria de la Unidad de Coordinación Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, Victoria Montenegro; el diputado nacional del Frente para la Victoria, Horacio Pietragalla; y el subsecretario de Promoción de Derechos Humanos de la Nacion, Carlos Pisoni; además de referentes de Abuelas de Plaza de Mayo y otros nietos recuperados.

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