Francisco homenajea a prelado decapitado por otomanos
EL Sumo Pontícipe, Francisco pidió "a los legisladores y gobernantes" de la región de Oriente Medio que garanticen la libertad religiosa durante el Angelus dominical en la plaza de San Pedro.
- Info general
- Ago 30, 2015
El papa Francisco alabó el hoy al obispo de la iglesia católica siria Flavien Michel Melki, beatificado el sábado en Líbano, un siglo después de su decapitación a manos de los otomanos, por aportar «consuelo, coraje y esperanza» a los cristianos perseguidos de Oriente Medio.
«En el contexto de una terrible persecución contra los cristianos, él fue un defensor incansable de los derechos de su pueblo, exhortando a todos a permanecer firmes en su fe. Hoy en Oriente Medio y en otras regiones del mundo, los cristianos también son perseguidos», afirmó el papa durante el Angelus dominical en la plaza de San Pedro.
El pontífice también recordó a los 71 emigrantes encontrados muertos en un camión en Austria, la mayoría refugiados que huían de la guerra en Siria, y calificó lo ocurrido de «ofensa a la humanidad entera».
Miles de sirios, pero también afganos e iraquíes huyen de las guerras en sus países y tratan de llegar a Europa en un flujo sin precedentes. Muchos cristianos, especialmente en Siria e Irak, sufren además la persecución religiosa del grupo sunita radical Estado Islámico.
El 8 de agosto, el papa reconoció oficialmente como «mártir» de la Iglesia a Monseñor Melki, nacido en el siglo XIX en el territorio que hoy es Turquía y que fue asesinado por negarse a renunciar a su fe en 1915.
La beatificación llega cuatro meses después de que el pontífice evocara por primera vez el término «genocidio» para calificar la masacre de armenios hace 100 años, provocando la indignación de Turquía que siempre ha rechazado ese calificativo.
Según la web de información religiosa ACI, Monseñor Melki fue nombrado sacerdote de la Iglesia siriaca católica a finales de 1890. Durante las masacres de 1895, en las que su madre fue asesinada, también sufrió el saqueo e incendio de su iglesia. Fue entonces nombrado sacerdote de Mardin y Gazarta, la actual Cizre, en el sureste de Turquía.
Durante las masacres contra las minorías armenias, asirias y griegas iniciadas a instancias de las autoridades otomanas, el prelado se negó a huir, explica el sitio web. El 28 de agosto de 1915 fue detenido junto al sacerdote caldeano Jacques Abraham, y ambos religiosos fueron exhortados a convertirse al islam. Ante su negativa, Monseñor Abraham murió de un disparo de fusil, mientras que Monseñor Melki fue golpeado hasta perder el conocimiento y después fue decapitado.
Según ACI, se trata del segundo sacerdote reconocido mártir «in odium fidei» (es decir, por el odio a la fe que tenía en Dios).
Turquía niega categóricamente que el Imperio Otomano organizara la masacre sistemática de la población armenia en el territorio y rechaza el término «genocidio» empleada por Armenia, numerosos historiadores y una veintena de países.