Gabriel Andrade: “Jesús no condenaría a una mujer por practicarse un aborto”
El biblista sostuvo que al aborto se lo debe contextualizar en el marco de un injusto reparto de los dones. Una charla con Conclusión que invita a la reflexión y a la profundización del debate.
- Info general
- Mar 18, 2018
“Y otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de los Cielos” Jesús de Nazareth
Por Alejandro Maidana
Los debates que trajeron a colación el divorcio, la pena de muerte y el aborto, han atravesado tanto a la comunidad religiosa como a la agnóstica. La radicalización de muchas de ellas ha generado que se pierda el eje de la contienda discursiva basada en la teología y la ciencia.
Por fuera de los dogmas, que transitan por la vereda de enfrente de la fe, la postura de muchos militantes cristianos de base en torno a los temas antes mencionados, busca posicionarse dentro la opinión pública.
“Lo que dice el marco evangélico en torno a la actitud de Jesús de Nazareth, es siempre la misma, de ponerse del lado de los más indefensos, de los desprotegidos”, de esta manera iniciaba la charla con Conclusión el biblista y militante cristiano de base, Gabriel Andrade.
El divorcio fue el puntapié inicial de una serie de debates que mostraron posturas diversas dentro del seno religioso, “muchos sostenían que Jesús había prohibido el divorcio, no fue así. El tomó una postura sólida a favor de la mujer, en una sociedad semita del siglo I, esto a sabiendas de la existencia de ley de repudio, y una mujer que era repudiada por su esposo sólo le quedaba la mendicidad o la prostitución”, indicó Andrade.
“Entonces no es que Jesús se opuso al divorcio, siempre permaneció al lado de la víctima, ya que en esa época la mujer era sometida a una cruel desigualdad, algo que con el tiempo se pudo modificar, por eso el debate del aborto es tan interesante”.
Sobre esto último, el biblista abrió un importante abanico que invita a reflexionar: “La víctima más visible de un aborto es sin dudas la mujer, nadie aborta alegremente. El tema del aborto en sí, para la oficialidad, el dogma cristiano que viene de los últimos siglos, es una condena porque considera que apenas el esperma penetra el óvulo, dios le infunde el alma”.
Ahora, este dogma viene de un montón de estas concepciones que la Iglesia institución le tiene que preguntar a la ciencia, “a esto podemos emparentarlo cuando la misma hablaba de posesión demoníaca, cuando en realidad lo que padecía esa persona era de epilepsia. Sobre esto la ciencia tuvo que intervenir explicitando de que se trataba en realidad, allí la Iglesia tuvo que dar marcha atrás”.
“Sobre el aborto no hay nada concreto aún desde la ciencia, ya que un grupo de profesionales de la salud sostienen que hay vida y que es un apéndice de la mujer, y otros tantos argumentan que no pertenece al cuerpo de la mujer. Yo en realidad no lo sé, la ciencia todavía no logró ponerse de acuerdo, pero suponiendo que el embrión es una persona, no condenaría a la madre. Por lo que se desprenden de las escrituras, Jesús tampoco lo haría, ni mandaría presa a la mujer, ahora como se arregla esto después de practicado un aborto, en mi caso particular lo primero que haría sería contener a la madre”, dijo el militante cristiano de base.
La hipocresía suele atravesar este tipo de posturas que conforman un debate espinoso y por ende medular, “existe una enorme hipocresía en todo esto, primero condenas a la madre, pero antes del suceso, ¿Qué le ofreciste? ¿Qué le acercaste? Pudiste brindarle un entorno, la contención debida, es muy fácil decirle a una mujer no abortes, pero no así ponerse en la piel de la misma, el drama que le espera a posterior, esto no es así, no es lo que hace un cristiano”.
A Gabriel Andrade le parece una actitud claramente hipócrita la que consolidan algunos buscando la penalización de este acto. La comunidad cristiana está tan dividida como aquellos que no abrazan la fe, “el evangelio es muy claro, debemos ponernos en el lugar del más débil, Jesús lo hizo pagando a posterior un precio altísimo, con su desprestigio, persecución y asesinato. Ese es el marco, a las mediaciones las desconozco. Y algo que vale la pena destacar, tiene su anclaje en las contradicciones de muchos, la misma gente que se desgarra por el aborto, aplaude a un policía que mata a un chico por la espalda. A mí me lo han dicho, y yo he replicado con algo que después se ha masificado, el embrión tiene derechos hasta que cumple 12 años, le saca el celular a alguien y le pegan un tiro en la cabeza, tenes que ser muy hipócrita”, enfatizó.
“La distribución de la renta en este contexto se consolida para los sectores de mayor ingreso, por lo tanto esto va en contra del evangelio. Es bueno poner blanco sobre negro en todo esto, hay un solo tema en política, que es la distribución de la renta, riqueza en términos económicos, todo el resto es sarasa, es mediación. Se discute de todo menos de esto, y la distribución equitativa de la riqueza es lo que al cristiano más le tiene que interesar. Dios puso la riqueza para todos, todos somos hijos de dios, tenemos la misma dignidad, los mismos derechos, que haya alguien que tenga más no sería el problema, el tema es cuando se perfora el piso, y hay hijos de dios que no tienen ni para lo mínimo. Entonces ya es un robo, eso debería ofender a un montón de gente que mira para otro lado, en mis 52 años no viví un momento histórico más hipócrita que el presente”.
Andrade también hizo referencia a la postura pasiva de los altos prelados, “es indignante contemplar cómo se rajan las vestiduras con el tema del aborto, pero no dicen media palabra sobre cómo hay personas que se roban los dones que dios puso para todos, y eso es muerte. Muerte de hecho cuando se muere de hambre, cuando se suicida, o es muerte social porque quedan completamente excluidos de educación, agua potable, techo y un trabajo digno. Esto oficia de cortina de humo para tapar los valores esenciales del reino de dios, los que vino Jesús a predicar. Jesús no era cristiano, ya que el cristianismo surge 6 años después de su asesinato, él era judío, vivió como tal, y murió como subversivo político del imperio romano y de las provincias. Jesús fue la revolución de la dignidad y pregonó por una igualdad que hoy sigue brillando por su ausencia, gracias a lo enorme hipocresía que nos circunda”, concluyó.