JUEVES, 07 DE NOV

Hace 212 años y en la costa rosarina, Belgrano izó por primera vez la bandera argentina

El 27 de febrero de 1812, Manuel Belgrano enarboló por primera vez la bandera argentina. El acto tuvo lugar en Rosario y, a pesar de que el paño fue rechazado por el Triunvirato, que insistía en seguir usando los colores españoles, el general no se dio por vencido.

 

El 27 de febrero de 1812 –hace exactamente 212 años– el general Manuel Belgrano izó por primera vez la Bandera Argentina, en Rosario y a orillas del río Paraná. El flamante paño fue presentado ante las baterías de artillería “Libertad” e “Independencia”, y para crearlo el general tuvo presente el diseño de la escarapela ideada en 1810, en la antesala de la declaración de la independencia.

Algunos historiadores dieron cuenta de que aquella bandera izada por Belgrano podría haber sido confeccionada por María Catalina Echeverría, una vecina de lo que en ese entonces era la Villa del Rosario. Además, se cree que fue otro vecino, Cosme Maciel, quien tuvo el honor de enarbolarla por primera vez.

Tras esta ceremonia, Belgrano avisó al Triunvirato que había creado la Bandera Nacional. “Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, mandela hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la Escarapela Nacional. Espero que sea de la aprobación de Vuestra Excelencia”, informó el general.

“Las banderas de nuestros enemigos son las que hasta ahora hemos usado; pero ya que Vuestra Excelencia ha determinado la escarapela nacional con que nos distinguiremos de ellos y de todas las naciones, me atrevo a decir a Vuestra Excelencia que también se distinguieran aquéllas, y que en estas baterías no se viesen tremolar sino las que Vuestra Excelencia designe¡Abajo, Excelentísimo Señor, esas señales exteriores que para nada nos han servido y con las que parece que aún no hemos roto las cadenas de la esclavitud!, expresó Belgrano en una misiva al Triunvirato, en la que expresa su rechazo por las identificaciones españolas en plena lucha por la independencia.

Sin embargo, el Triunvirato rechazó el nuevo paño, y el 3 de marzo emitió una carta en donde se le ordenaba ocultar los nuevos lienzos y colocar los que hasta ese momento flameaban en ciudad de Buenos Aires, es decir, los de España, ya que el gobierno temía conflictos políticos con exterior.

No obstante, esta carta oficial nunca llegó a manos del Belgrano, quien marchaba hacia Jujuy para hacerse cargo del Ejército del Norte y no se enteró del imperativo de ocultar la nueva bandera. La orden fue recibida en Rosario por el comandante que remplazó al general, quien debió retirar la bandera que algunos autores suponen ondeaba en la batería Independencia.

En su incursión por el noroeste argentino, el general enarboló los paños celestes y blancos y, en San Salvador de Jujuy, los balcones del Ayuntamiento se vistieron de celeste y blanco –dejando de usar el estandarte real que presidía las celebraciones públicas– y la flamante bandera fue bendecida por primera vez.

Entre junio y julio, Belgrano retomó las cartas con el Triunvirato. Allí se enteró de la prohibición de alzar la flamante bandera, pero ya era tarde.

En enero de 1813, caído el Primer Triunvirato y con la entrada en vigencia de la Asamblea del Año XIII, Belgrano confeccionó otra bandera que, esta vez, fue aceptada por el gobierno, que entendió que este paño sería representativo del Ejército del Norte y no del Estado.

Pasarían unos cuatro años hasta que el paño creado por Belgrano sea declarado como la Bandera Argentina. Fue el 20 de julio de 1816 –apenas días después de la declaración de la Independencia– cuando el Congreso de Tucumán aprobó un decreto presentado por el diputado José Serrano, el cual solicitaba la designación oficial del emblema patrio.

Tras la resolución, el Congreso de Tucumán emitió el siguiente comunicado, con la firma de su presidente, Francisco Narciso de Laprida: “Elevadas las Provincias Unidas en Sud América al rango de una Nación después de la declaratoria solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca que se ha usado hasta el presente y se usará en lo sucesivo exclusivamente en los Ejércitos, buques y fortalezas”.

La bandera permaneció inalterable por un año y medio, pero el 25 de febrero de 1818 el gobierno de Juan Martín de Pueyrredón dispuso que se le incorporara un sol incaico en la franja blanca central.

Más de cien años después, en 1938, el Congreso Nacional fijó, mediante una ley, al 20 de junio como el Día de la Bandera. La fecha también conmemora el Paso a la Inmortalidad de Belgrano, quien falleció en 1820.

En el año 2012, en el bicentenario de la creación de la bandera, el gobierno oficializó las medidas, características de la tela, colores y accesorios que debe tener la Bandera Argentina.

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