VIERNES, 22 DE NOV

Monseñor Arancedo: «El aborto nunca es una solución, siempre será un drama»

Así lo afirmó el arzobispo de Santa Fe al tiempo que reclamó un debate legislativo “sincero, reflexivo e integral”. No estamos ante un acto privado sin consecuencias jurídicas y sociales. El Estado mismo, con sus poderes constitucionales, no puede estar ausente", aseguró.

 

El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, sostuvo que «el aborto nunca es una solución, siempre será un drama».

Arancedo quien es ex presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reclamó un debate legislativo «sincero, reflexivo e integral» de la despenalización del aborto.

El prelado hizo una reflexión sobre la base de ideas del papa emérito Benedicto XVI, en particular del concepto de «ley justa», destacó la agencia Aica.

Reflexionó sobre la decisión del gobierno nacional de habilitar el debate sobre la despenalización del aborto y destacó que la reciente declaración «Respetuosos por la vida» de la CEA, es «una palabra clara al servicio de la sociedad, que tiene su fundamento en la certeza de la existencia de la vida humana».

«El tema del aborto no puede quedar librado a una decisión personal sin referencia al marco de una ley que proteja el valor de la vida, junto al acompañamiento integral de la persona. No estamos ante un acto privado sin consecuencias jurídicas y sociales. El Estado mismo, con sus poderes constitucionales, no puede estar ausente», aseguró.

A su vez, el arzobispo consideró que «en estos temas en los que se habla de vulnerabilidades, que son reales, cuesta aceptar que la referencia al aborto sea considerada como un acto humanitario para con las mujeres pobres, creo que es minimizar el problema».

«Cabe a la política buscar una respuesta que no sea la supresión de un término del problema, sino crear las condiciones para el bien tanto de la vida por nacer como de la madre. No hablamos de una vida sino de dos», manifestó.

Además señaló que «no podemos desconocer que desde la concepción hay una realidad nueva, que la ley debe proteger. No somos dueños de aquello que ya tiene su identidad y autonomía, aunque aún no tenga independencia, eso es parte de su vulnerabilidad».

«Por lo mismo, el valor de la vida no está en relación a su nacimiento y capacidad de decisión, sino a su existencia como fundamento jurídico y moral de su dignidad. Este derecho que es original e inalienable debe ser tenido en cuenta cuando se trate la ley», añadió.

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