¿Qué tan corta podemos hacer la semana laboral?
Distintas empresas en el mundo han comenzado a experimentar con una reducción de la jornada laboral a fin de comprobar si esto mejora la productividad y la calidad de vida de los empleados. Enterate que ocurrió con esas experiencias.
- Info general
- Oct 15, 2018
Según un informe publicado en el portal BBC Capital, de la cadena de noticias BBC, algunas empresas en diversos países del mundo han comenzado a plantearse la duración de la jornada laboral y a impulsar algunas experiencias para comprobar si realmente es posible mejorar la calidad de vida de los empleados y en consecuencia, la productividad de dichas compañías con una reducción de esas jornadas.
Hace poco tiempo una empresa de Nueva Zelanda redujo el horario laboral a cuatro días de trabajo a la semana. Otros países como Suecia o Japón también experimentaron con esta idea.
Pero, ¿cuál es la cantidad idónea de horas de trabajo a la semana si queremos ser productivos y tener un buen equilibrio entre nuestra vida personal y laboral?
Por lo pronto, si tienes un trabajo a tiempo completo es probable que estés trabajando ocho horas o más al día, normalmente de lunes a viernes.
Y, por supuesto, algunas personas trabajan incluso más: Elon Musk dijo en una entrevista reciente con el New York Times que trabaja hasta 120 horas a la semana.
En relación a ello, hay varios estudios de todas partes del mundo que afirman que trabajar más horas nos hace más infelices y menos productivos. Esa es la razón por la cual empresas y gobiernos están planteándose reducir horas de trabajo en un esfuerzo por mejorar la vida personal de sus trabajadores.
Ese interés explica que la decisión de la empresa neocelandesa que redujo la semana laboral de cinco días a cuatro fuera noticia en periódicos de todas partes del mundo.
Pero, ¿por qué detenerse en cuatro días? ¿Por qué no podemos todos trabajar tres, dos o incluso medio día a la semana?
El experimento de Perpetual Guardian
La firma que redujo la jornada laboral a cuatro días se llama Perpetual Guardian. Es una empresa que maneja bienes, herencias y propiedades. Durante dos semanas en mayo, la compañía solicitó a sus 240 empleados de oficina que trabajasen cuatro días de ocho horas en lugar de cinco, por el mismo salario.
Una vez finalizado el experimento, investigadores de la Universidad de Tecnología de Auckland encuestaron a los trabajadoras. El 24% de los encuestados dijo que el equilibrio entre su vida personal y laboral había mejorado, y un 7% notó menos estrés. Además, los jefes de la compañía informaron que no hubo caída en la productividad.
Jarrod Haar, profesor de recursos humanos y gestión en dicha universidad ayudó a supervisar el estudio y señaló: «El jefe informó a los trabajadores de que si no podían mantener un 100% de productividad volverían al horario normal. Así que los empleados tenían motivación para trabajar igual de duro que siempre».
Islandia, Suecia y… Japón
Experimentos como este también están teniendo lugar en otros países.
En 2016, el gobierno de la ciudad de Reykjavik en Islandia llevó a cabo la siguiente prueba: durante un año eliminó medio día de trabajo a la semana para los empleados a tiempo completo en algunas oficinas municipales.
El notorio resultado de la prueba es que la productividad no disminuyó, a pesar de que los empleados pasaban menos tiempo en sus mesas.
Estas experiencias se reproducen en otros lugares también. En una residencia de ancianos en la ciudad sueca de Svartedalen, los empleados pasaron a tener una semana laboral de 32 horas. Y en Japón, donde la muerte por exceso de trabajo es tan común que hasta existe una palabra para ello, el gobierno introdujo una medida para que las compañías permitan a sus trabajadores entrar más tarde al trabajo un lunes al mes.
Mejorar la vida personal de los trabajadores también ahorra dinero a las empresas, ya que es menos probable que los empleados felices renuncien, dice Jan Emmanuel De Neve, profesor asociado de economía y estrategia de la Universidad de Oxford. «Eso es importante para las empresas porque cambiar de empleados constantemente es muy costoso», dice el profesor De Neve.
De Neve señala también que en 1930 el economista John Maynard Keynes predijo que todos podremos trabajar 15 horas a la semana en un futuro, gracias a los avances tecnológicos.
¿Cuántas horas empiezan a ser demasiado pocas?
¿Qué tan corta podríamos hacer la semana laboral? ¿Tal vez cuatro horas a la semana?
Hace diez años, el escritor Tim Ferris se hizo famoso gracias a su libro «La semana laboral de cuatro horas». Su teoría es que puedes evitar volverte adicto al trabajo siguiendo algunas pautas, como por ejemplo abrir tu correo electrónico sólo dos veces al día día o usar un temporizador on line para acelerar tu ritmo de trabajo.
Es poco probable, sin embargo, que una compañía pueda funcionar si sus empleados sólo trabajan cuatro horas a la semana. El libro de Ferris es más adecuado para aquellas personas que estén buscando maximizar su eficiencia.
Pero reducir la jornada laboral puede hacernos más productivos.
En la compañía neozelandesa Perpetual Guardian, por ejemplo, una semana laboral más corta cambió el ritmo de trabajo para mejor: los empleados fueron más puntuales y se tomaron descansos más cortos.
Y si trabajar cuatro horas a la semana es imposible, ¿podríamos tener una jornada laboral de dos o tres días a la semana?
Costos versus beneficios
Parece ser que no es tan fácil, dicen los expertos. Hay un punto de inflexión en el que los costos comienzan a superar los beneficios.
Por ejemplo, Treehouse, una empresa de educación online en Portland, Estados Unidos, terminó regresando a la semana «normal» de 40 horas después de intentar una jornada laboral de cuatro días.
La directora de marketing de Treehouse, Megan Dorcey, dijo a BBC Capital que una semana estándar de cinco días y ocho horas al día fomentaba una mejor colaboración entre los empleados. Además, los clientes querían ser capaces de contactar a la empresa durante el horario laboral estándar.
¿Y qué fue del experimento en Suecia de la residencia de Svartedalen? Tampoco duró, principalmente porque fue diseñado para ser temporal. Pero los resultados también sugirieron que ese esquema no era sostenible.
Para permitir que todos los empleados trabajasen seis horas al día, el centro tuvo que contratar personal adicional para mantenerse al día con el trabajo, lo que costó más dinero.
Si bien el coste es un factor importante, también hay otras consideraciones que hay que tener en cuenta. El profesor Jarrod Haar, responsable del estudio en Nueva Zelanda, sostiene que trabajar menos de cuatro días a la semana tendría un efecto negativo en la productividad de los trabajadores.
«Mi instinto me dice que si quieres reducir el tiempo de trabajo y mantener la productividad de la empresa no puedes bajar de los cuatro días», dice el experto.
El profesor de Oxford De Neve está de acuerdo. Al pasar de cinco a cuatro días «ya se ha encontrado el punto ideal».
¿Y qué pasa con Perpetual Guardian? Los representantes de la compañía dicen que aún tienen que tomar una decisión sobre si la semana de trabajo de cuatro días será permanente. Así que es posible que más empresas sigan este ejemplo y experimenten con reducir la jornada laboral.
Después de todo, hay que probar si la teoría de Keynes de que en el futuro trabajaremos 15 horas a la semana es cierta.