Se confirmó el primer caso de muerte por «la Ballena Azul» en Argentina
Un adolescente de 16 años falleció en las últimas horas en el Hospital San Martín de Paraná. El joven permanecía internado desde el 31 de mayo, tras intentar quitarse la vida para cumplir con el desafío del "juego" suicida.
- Info general
- Jun 26, 2017
Un adolescente de 16 años murió en las últimas horas en el Hospital San Martín de Paraná, luego de permanecer hospitalizado desde el 31 mayo cuando ingresó después de intentar quitarse la vida para cumplir con el desafío del juego conocido como «ballena azul».
Así lo confirmó esta madrugada y a través de redes sociales, Joel, uno de sus hermanos: «Gracias a todos por el apoyo incondicional, pero mi hermano se nos fue», expresó el joven en su muro de Facebook.
El menor, Fausto Palavecino, fue hospitalizado luego de que su madre lo hallara en estado desesperante en su casa, ubicada en El Palenque, una pequeña localidad distante unos 15 kilómetros de Paraná.
Luego de ese episodio, el padre de Fausto alertó sobre el peligroso juego: «Les pido a los papás y las mamás que controlen a sus hijos en las redes sociales, que controlen sus actitudes y denuncien en la justicia para que esto no siga pasando, hay jóvenes corriendo riesgo por este juego», sostuvo, también en redes.
Relató que el chico «le había solicitado unos auriculares a su mamá, se los devolvió porque no andaban, se fue a acostar. Al escuchar ruidos y sentir como que había gente que hablaba en la casa, (la mamá) se levanta y lo escucha en esa situación (de atentar contra su vida) por lo que le hizo todas las reanimaciones cardíacas, respiración boca a boca», contó sobre los hechos.
Al menor lo trasladaron al hospital de Cerrito, cercano a El Palenque y luego fue derivado a Paraná, donde falleció este domingo.
«La ballena azul» es un desafío originario de Rusia y su nombre surge debido a que ese animal marino, por voluntad propia, se acerca a las costas para morir.
El objetivo del juego es proponer a los participantes 50 desafíos que van preparando psicológicamente al destinatario hacia el último reto: el suicidio. El blanco predilecto de esta propuesta son niños de entre 12 y 16 años en situación de vulnerabilidad.