«Sepulcros blanqueados, blancos por fuera y podridos por dentro»
Con una frase de Jesús de Nazareth referenciando a los fariseos, el biblista Gabriel Andrade definiría a la “moda” política de incluir la religión como ariete de campaña. Un mano a mano sin desperdicios con Conclusión.
- Conclusion TV
- Dic 30, 2018
«Como biblista es mi deber recordar a paganos y «cristianos”, que en Navidad recordamos la encarnación de Dios en un niño pobre (hijo de obrero), de una región despreciada (Galilea) por la metrópolis (Jerusalén), en un país ocupado (la actual Palestina) por el imperio más grande de todos los tiempos (Roma), gobernado por un cipayo (Herodes), que se destacó haciéndose visitar por los negros de mierda (impuros pastores) y despreciados extranjeros a los sectarios ojos judíos del siglo I (los magos / sabios)”, este sería el comienzo del texto con el que Gabriel Andrade se despacharía para referenciar la Navidad.
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Doblegando la apuesta, fue más allá: «Ensalzó a los humildes y derribó a los poderosos de sus tronos despidiéndolos con las manos vacías» dice en el Magníficat de las escrituras, algo así traducido al lenguaje actual, como que en ese acto inaugural les metió una soberana patada en el culo a los ricos y su orgullo, despreciando y condenando lo que eran y representaban, referenció Andrade.
Una explícita demostración del verdadero significado de la venida de Cristo. Sobre lo antes mencionado, el biblista agregó: “Esta cita que, lejos de ser del Che Guevara, está en los Evangelios y condice con lo que después sería su vida pública, siempre del lado de los excluidos y víctima de ajusticiamiento por el eterno maridaje de la religión oficial y el poder político de turno. Si este es el Dios que viene, zurdito y subversivo de los disvalores existentes, yo festejo porque es de los nuestros, más allá de las enormes falsificaciones posteriores al siglo IV”.
Gabriel Andrade es una persona que interpela una y otra vez el dogma religioso, algo que considera tan contradictorio como peligroso. “En lo particular me moviliza la fe, hoy vemos como personajes en los que podemos focalizar a Bolsonaro y Olmedo, que hacen de la contradicción y la hipocresía un culto siniestro. Pero esto ya se ha vivido, y antes lo mencioné, desde la llegada del pibito pobre de Belén en adelante, todo ha sido un lamentable contradicción”, concluyó.