Parque Nacional Nahuel Huapi, el refugio de agua y vida con «propuestas» para el invierno
Se trata de una de las siete maravillas naturales de Argentina además de ser el Área Protegida más antigua del país y sitio de admiración mundial.
- Turismo
- Mar 25, 2023
Nieves perpetuas, valles de ensueño, tierra de bosque y estepa, protector de agua, de vida, el Parque Nacional Nahuel Huapi (PNNH) es una de las siete maravillas naturales de Argentina además de ser el Área Protegida más antigua del país y sitio de admiración mundial.
Enclavado al noreste de la Patagonia, este parque nacional, que lleva el nombre de uno de los lagos más atractivos del sur argentino, Nahuel Huapi o «isla del tigre» en lengua Mapuche, y abarca 710.000 hectáreas, emplazándose en dos provincias, Neuquen y Rio Negro,
Este parque reconocido en el mundo por su geografía forma parte de la reserva de biosfera Andino Norpatagónica desde 2007 y es uno de los lugares al que se puede acceder realizando el recorrido de la ruta Patagónica Andina.
«Es el Parque más antiguo del país. Su antecedente data de la creación del Parque Nacional del Sud, en 1922, el cual, si bien era más grande que el PNNH, no tenia una entidad concreta ni despliegue de personal ni mucha normativa. Todo ello adviene en 1934 con la ley que crea a la administración de Parques Nacionales y se crea también el PNNH y el Iguazú», relató a Télam el intendente del Parque, Horacio Paradela.
Este Parque majestuoso alberga en sí mismo inigualables lagos de aguas frescas y cristalinas entre ellos, el Nahuel Huapi, de origen glaciar, y presentando una superficie de 560 kilómetros cuadrados, los brazos de este solemne lago penetran en los bosques del Parque y es uno de los preferidos por los visitantes para realizar excursiones lacustres, entre sus destinos se destacan la Isla Victoria, el Bosque de Arrayanes y el Puerto Blest.
También son parte de la Reserva Natural los imponentes lagos Mascardi, y Gutiérrez, lago Traful y los lagos Moreno, Escondido y Guillermo, además esta área es recorrida por una gran variedad de arroyos y ríos de impresionantes tonos azulados que acarrean aguas provenientes de lluvias y nevadas en invierno y de deshielos en verano.
En la superficie que comprende este área las especies de plantas conforman distintos tipos de vegetación y se adaptan a las condiciones ambientales.
Entre las especies de árboles más renombradas aparecen el Radal, el Arrayán, el Maitén, el Ciprés, la Lenga, el Notro, el Coihue y el Ñire.
Con respecto a la fauna, gran número de especies moran en este área paradisiaca, peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos e invertebrados, entre ellas el Huillín, el Tuco Tuco Colonial, el pato Torrontés, el Pudú, el cóndor Andino, Huemul, gato Huiña, el pejerrey Patagónico, y el bagre Otuno.
En cualquier estación del año es posible disfrutar de las distintas actividades en contacto con la naturaleza en el PNNH, entre ellas, paseos y actividades deportivas por bosques, lagos y montañas, paseos lacustres, rafting, kayak, excursiones en bicicleta, cabalgatas, escalada, trekking de montaña u optar visitar alguno de sus camping y áreas de usos diurnos insertos en el bosque teniendo en cuenta requisitos y recomendaciones brindadas por el área.
Los días de verano los visitantes más aventureros pueden optar por visitar el cerro Tronador, una cadena volcánica a la altura de la frontera chilena o realizar la caminata al Refugio Frey, cerca de Bariloche, entre otras opciones.
Entre las propuestas de invierno cabe destacar al Cerro Catedral, el centro de esquí más grande del hemisferio sur, lugar ideal para los amantes de los deportes en la nieve situado en San Carlos de Bariloche , una de las gemas urbanas junto a Villa La Angostura y Dina Huapi que contiene este Parque, además de numerosos parajes rurales y loteos privados.
«El desafío siempre es que la actividad turística se siga expandiendo en cuanto a la calidad de los servicios a la diversificación y que justamente diversos sectores sociales puedan aprovecharlo», expresó Paradela.
Al respecto, el funcionario sostuvo que, «en ese punto, los pobladores rurales de criollos y las comunidades Mapuches dentro del parque que ofrecen servicios a lo largo de estos años han incrementado sus ingresos como parte de su diversificación económica que inicialmente estaba dada por la actividad ganadera de pastoreo extensivo tradicional».
Desde hace varios años este Parque Nacional trabaja en la administración compartida de los territorios de las comunidades Mapuche, impulsando el diálogo y el encuentro con el fin de consensuar acuerdos en pos de la conservación de la biodiversidad y del mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades involucradas.
Ese manejo implica «compartir responsabilidades de administración y control de un territorio o recurso buscando integrar todas las formas de conocimiento, respetando la diversidad cultural y promoviendo el desarrollo de prácticas sustentables», según explicaron desde el Parque.
Refugio de importantes cuencas hídricas, guardián del ecosistema andino del norte patagónico y dueño de un variado patrimonio cultural, este parque al sur del país no deja de sorprender con su cultura y su tesoros naturales a los visitantes que llegan de distintos rincones del mundo a conocerlo y quedan impactados ante su magnificencia. (Giselle Bugge/Tèlam).