SáBADO, 16 DE NOV

Violencia obstétrica en Vera: se negaron a practicarle una cesárea y perdió a su bebé

Una joven de 22 años que cursaba la semana número 40 de embarazo, ingresó al Hospital Regional de Vera con contracciones. Tras más de ocho horas de trabajo de parto –en las que la ginecóloga estuvo ausente- la obligaron a pujar pero el cuerpo del bebé no salía. Cuando lograron sacarlo, el niño no tenía vida.

 

El pasado 20 de enero, una joven de 22 años que cursaba el noveno mes de embarazo ingresó al Hospital Regional de Vera. Tras horas de trabajo de parto y presunta ausencia de personal médico, el bebé falleció en el alumbramiento. Ahora, los profesionales de la salud intervinientes son investigados por la justicia para conocer si hubo negligencia en su accionar.

La joven vive en la localidad santafesina de Cañada de Ombú, a unos kilómetros de Vera, y a mediados de enero –cuando cursaba la semana número 39 de embarazo- comenzó a sentir dolores originados por contracciones. Ante estos síntomas, se dirigió a la maternidad del Hospital Regional de Vera. Allí fue revisada por una partera, quien le dijo que las contracciones eran normales porque la fecha del parto estaba próxima y la mandó de regreso a su casa, según detalló la víctima de esta situación.

En diálogo con Aire de Santa Fe, la joven madre relató: “Durante toda esa semana sentía contracciones y dolores, pero como me dijeron que era normal hasta que se rompa la bolsa, aguanté. Pero el día martes 19 estaba muy hinchada, estuve con dolores toda la noche y el miércoles 20, temprano, fui con mi mamá al hospital”.

“Fui a la guardia de la maternidad y me dijeron que espere, que no podían atenderme porque estaban con otros pacientes, y que mi doctora, la que me hacía el control, me iba a ver al rato. Después de tres horas me atendió y me dijo que me iban a internar y me iban a poner dos pastillas vía vaginal para acelerar las contracciones. Luego me hicieron una ecografía, me pusieron las pastillas y a las 4 de la tarde rompí bolsa”, continuó explicando la joven en el programa radial.

Y agregó: “Apenas rompí bolsa, empecé con contracciones fuertes y constantes. No aguantaba el dolor. Estuve cuatro horas con esas contracciones, me hacían tacto cada tanto e iba avanzando la dilatación. Ahí me decían que puje cada vez más fuerte, que ya se veía la cabeza. La partera y las enfermeras fueron las únicas que estuvieron conmigo, la ginecóloga no había aparecido”.

La mujer contó que el bebé pesaba cerca de cuatro kilos y medio. El gran tamaño del niño sumado al dolor provocado por el extenso trabajo de parto, hacían que la joven insista en ser trasladada al hospital de Reconquista para que le practiquen una cesárea, pero los profesionales que la estaban atendiendo en Vera se negaron reiteradas veces.

“Me decían que ya salía, que todo venía perfecto. Desde las 8 hasta las 12 de la noche estuve pujando. Cuando se vio la cabeza me llevaron a sala de parto, me pusieron en la camilla y cuando empezaba a pujar me desmayaba. Me pegaban cachetadas para que despierte, yo seguía pujando hasta que logré que saque la cabeza, pero no salía el cuerpito, prosiguió la joven.

Y añadió: “La partera se empezó a desesperar, los médicos no venían. Escuché que una enfermera le dijo que use el corte pero la partera le dijo que no sabía. Empezaron a cortarme con una tijera que no andaba, después usaron un bisturí pero tampoco podían sacar al bebé. La ginecóloga tardó casi treinta minutos en venir. Cuando llegó, en dos segundos lo sacó y lo tiró contra mi pecho, pero ahí yo me desmayé”.

La madre además expresó que en intervalos de seminconsciencia pudo observar cómo le hacían trabajos de reanimación a su hijo recién nacido y destacó que “cuando salió la cabeza el bebé estaba con vida, porque le escuchábamos el latido del corazón con un monitoreo”.

Seguidamente, la paciente debió ser intervenida con puntos en las áreas de sutura, pero ante esta maniobra, sumado al extenso trabajo de parto al que había sido sometida y a la traumática y violenta situación en lo que refiere al bebé, la joven se desmayó de dolor y recién se despertó al día siguiente.

“Me levanté al otro día, no se acercó ni la ginecóloga ni ninguno de los médicos que me atendieron. Sí apareció un doctor que me dijo que el bebé estuvo cinco minutos atorado y se asfixió”, denunció la joven madre.

Pero como si el calvario sufrido por la paciente no fuera suficiente, la mujer de 22 años también denunció que al irse del hospital no le dieron medicamentos para cortar la lactancia y evitar infecciones, como tampoco le brindaron asistencia psicológica ni otros controles para asegurarse de que su cuerpo sufra las menores consecuencias posibles después de tal intervención.

La joven y su familia denunciaron a la ginecóloga y a la partera ante la justicia, que ahora deberá investigar si hubo negligencia médica en este caso y deberá profundizar sobre las causas de muerte del bebé.

En tanto, adelantó que la partera ya fue suspendida de sus funciones pero que la ginecóloga sigue trabajando.

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