VIERNES, 22 DE NOV

A tres años de su pontificado el Papa cenará con indigentes

La cena es parte de la maratón de oración organizada por los Papaboys en donde se encuentra la cruz de la primera Jornada Mundial de la Juventud. También expresó su postura de tolerancia cero para los abusos.

 

El santo padre Francisco que mañana domingo 13 de marzo cumple tres años de su pontificado cenará con un grupo de personas indigentes en el Centro Internacional San Lorenzo, muy cerca del Vaticano.

La cena coincide con el final de la “maratón de oración”, por los “3 años con Francisco”, que inicia hoy sábado por la noche con una misa solemne en la románica iglesia de San Lorenzo in Priscila y concluye a medianoche del domingo.

La vigilia organizada por los “Papaboys italianos”, incluye el Ángelus del domingo por la mañana en la plaza de San Pedro, el santo rosario con los niños y la cena con los ‘sin techo’.

La iglesia de San Lorenzo in Priscila cuya fachada no es visible desde la calle, se encuentra englobada en el Centro internacional con ingreso a dos pasos de Vía de la Conciliación. Allí  está desde hace 33 años, la cruz original que Juan Pablo II dio en 1983 a los jóvenes para la primera Jornada Mundial de la Juventud.

El programa prevé “Oración no-stop y confesión continua, gracias a los numerosos sacerdotes que se alternan en los confesionarios en el año del Jubileo extraordinario de la Misericordia”.

Participan de esta iniciativa la Renovación eucarística, Grupo Joven Padre Pio, los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, Apóstoles de la vida interior, los Legionarios de Cristo, los Monfortianos, el Instituto Secular de María Madre de la Redención, el Movimiento Apostólico, la basílica de Santa Anastasia en el Palatino, el Midaf, la Comunidad ha resucitado Jesús y fieles con María Reina de la Paz, el grupo de oración de la Luz de María y de la Comunidad del Emmanuel.

Tolerancia cero con los abusos

El santo padre Francisco tomó la línea indicada por Benedicto XVI contra los abusos, la transparencia de las finanzas y la reforma de la Iglesia. El sacerdote Miguel Yañez, actual integrante de la Pontificia Comisión de Tutela de los Menores, como tantos no tiene dudas: “Se percibe un nuevo clima en la Iglesia y en la Curia Romana”.

El sacerdote que conoció al padre Bergoglio desde hace muchos años, y a quien le presentó su solicitud de admisión a la Compañía de Jesús, y que lo tuvo como formador en el Colegio Máximo de San Miguel, precisa que “Claramente no todos han acogido este ámbito de renovación que ha abierto el papa Francisco pero se percibe un nuevo espíritu, que recupera el Evangelio e invita a dar testimonio de una Iglesia en salida”.

El padre Yañez, también director del departamento de teología moral de la Pontificia Universidad Gregoriana, al ser interrogado sobre  la opinión de un periodista que señaló: “Francisco volvió a dar a los católicos el orgullo de serlo”, añade, “sí, es esto es verdad pero aún más. Porque aquí no se trata de que seamos católicos, pero que seamos cristianos. Y como dijo una artista italiano Francisco está llevando a la iglesia al Evangelio, percepción que creo sea muy acertada”.

Sobre todo cosas que estaban en un segundo plano han tomado importancia, dijo, porque “ahora el Evangelio es el primer plano. Casi todo está como entonces, pero ha cambiado la valoración, la prioridad, o sea primero el Evangelio”.

Interrogado sobre la línea contra los abusos sexuales deseada por el papa Francisco, el sacerdote jesuita no tiene dudas: “La Iglesia ha podido reaccionar creando una serie de medidas y una política de tolerancia cero que se está continuando a implementar”.

Y especifica que “la tarea es enorme, porque es necesario concientizar a toda la comunidad cristiana, no solamente a los obispos o sacerdotes”. Porque “es un problema no solo de la Iglesia. No nos podemos excusarnos de lo que ha sucedido, sin olvidar por ello que las estadísticas indican que la mayoría de los abusos suceden en familia, o en sus entornos”.

De manera que contra estos crímenes la Iglesia pueda ser también de inspiración a la sociedad para que defienda a todos los niños de los abusos sexuales”.

Y si bien la gente percibe que la situación es diversa de la descrita años atrás por un semanario estadounidense, que en su tapa se preguntaba si la Iglesia sobreviviría al caso de los abusos de menores, el sacerdote evita tonos triunfalistas y señala: “El cima es bastante distinto pero –asegura– no hay que bajar la guardia”.

“No podemos dormirnos, depende de los lugares y de los países. Donde se produjo la crisis han reaccionado. Me pregunto si en América Latina, si en África lograrán hacerlo. Estamos viendo que pasa, si vamos a tener la capacidad de prevenir y de reaccionar con la suficiente serenidad para que nunca más nos pase lo mismo”.

 

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