JUEVES, 21 DE NOV

Amnistía insta al presidente filipino a reducir la violencia institucional tras un atentado del EI

El atentado se produce pocos días después de que el gobierno anunciara la intensificación en la ofensiva contra Abu Sayyaf después de que al menos 15 personas murieran en enfrentamientos.

La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) llamó hoy al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, a respetar los derechos humanos, tras el atentado perpetrado ayer por un grupo extremista en el sudeste del país asiático, donde 14 personas murieron y 67 resultaron heridas.

«La total indiferencia mostrada por los atacantes por el derecho a la vida no debe satisfacerse mediante una acción gubernamental que no tenga en cuenta los derechos humanos», señaló en un comunicado Champa Patel, investigador para la región del Sudeste Asiático y el Pacífico de AI.

«El recurso de asesinatos, detenciones arbitrarias y otras violaciones de los derechos humanos solo beneficiará a aquellos que buscan un ciclo creciente de violencia y abusos», añadió Patel en su mensaje dirigido al presidente, quien tras el ataque decidió cancelar su primer viaje oficial al extranjero, planeado para hoy y mañana a Brunei.

Al asumir la jefatura de Estado el 30 de junio pasado, Duterte inició una guerra total contra las drogas que ha causado más de 2.500 muertos, al menos la mitad de ellos a manos de grupos de vigilantes civiles.

La ONU y organizaciones de derechos humanos como AI ha criticado duramente esta campaña.

El presidente filipino declaró hoy el «estado de anarquía» en el país por el atentado bomba cuya autoría ha reclamado Abu Sayyaf, una organización musulmana radical filipina que apoya al Estado Islámico (EI), informó la agencia EFE.

«Vivimos tiempos extraordinarios. Estamos intentando lidiar con esta crisis ahora. Parece que hay un ambiente de anarquía», explicó el mandatario filipino durante una comparecencia ante la prensa en el lugar del suceso pocas horas después de la explosión.

Duterte, que fue durante 22 años alcalde de la capital, Davao, explicó que la medida implica un incremento de la presencia de militares y policías en el país para combatir la amenaza yihadista.

«No estamos hablando de ley marcial -explicó Duterte- pero invito a las Fuerzas Armadas, a los militares y a la policía a que controlen el país de acuerdo con mis especificaciones. Tengo el deber de proteger la nación», dijo el dirigente de 71 años de edad.

El ministro del Interior de Filipinas, Mike Sueño, confirmó en una entrevista con la emisora local DZRH que habían recibido informaciones sobre un posible atentado: «lo esperábamos».

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