Brasil pierde la guerra contra el Aedes Aegypti
Alrededor de 1,6 millones de casos sospechosos de dengue se registraron en 2015 en el gigante sudamericano, un incremento interanual del 179%, con 863 muertos (+82,4%).
- Internacionales
- Ene 22, 2016
Dengue, chicunguña y ahora el zika: el mosquito Aedes aegypti está ganando una «guerra» sanitaria de tres décadas contra las autoridades, estimó el viernes el ministro brasileño de Salud, Marcelo Castro.
«Hace cerca de 30 años que el mosquito viene transmitiendo enfermedades para nuestra población y desde entonces lo combatimos, pero estamos perdiendo la guerra contra el Aedes aegypti», dijo Castro citado por el portal virtual G1, del grupo Globo.
«Vivimos una verdadera epidemia, necesitamos de una sociedad brasileña movilizada en la prevención de estas enfermedades», añadió.
De los otros virus transmitidos por el mosquito, los enfermos de chicunguña sumaron 7.823, con tres fallecidos. El gobierno no ha precisado un número exacto de casos de zika, pero indicó que ya está en la mayoría de los estados del país.
La vacuna brasileña contra el dengue entró en la tercera y última fase de pruebas en medio, además, de un preocupante brote de microcefalia, que científicos relacionaron precisamente con el zika.
No hay una previsión sobre cuánto durará esta etapa.
«Tenemos una vacuna contra el dengue, pero no contra el virus del zika. Nuestros laboratorios están asociados con los de otros países en varias líneas de investigación para desarrollar esa vacuna, pero todo esto lleva años. Mientras tanto, todos nuestros esfuerzos, toda nuestra atención está volcada en la prevención», señaló el ministro.
El gobierno brasileño destinará en 2016 más de 2.000 millones de reales (USD 500 millones al cambio) para acciones de vigilancia sanitaria y de combate al mosquito, en medio de una emergencia decretada por estas enfermedades.
Brasil produce, además, mosquitos genéticamente modificados para combatir al insecto transmisor de los virus.
Al cruzarse con hembras Aedes, las crías de los mosquitos modificados mueren rápidamente, disminuyendo la población de agentes transmisores.