Cameron afirmó que no renunciará sea cual fuera el resultado del referéndum europeo
En una entrevista brindada al periódico británico The Timnes, Cameron dijo que se siente "responsable" del plebiscito que él mismo prometió convocar si ganaba las elecciones generales celebradas en 2015.
- Internacionales
- Jun 18, 2016
El primer ministro británico, David Cameron, afirmó hoy que seguirá estando al frente del gobierno más allá del resultado del referéndum que se celebrará el 23 de junio próximo en el Reino Unido para decidir si el país abandona la Unión Europea (UE).
En una entrevista brindada al periódico británico The Timnes, Cameron dijo que se siente «responsable» del plebiscito que él mismo prometió convocar si ganaba las elecciones generales celebradas en 2015.
El líder conservador considera también que él sería la persona más adecuada para liderar las negociaciones que desencadenaría un hipotético triunfo del «Brexit» -salida del Reino Unido del bloque comunitario- gracias a sus «sólidas relaciones» en Europa.
En este sentido, argumenta que «es muy importante que las carreras individuales de los políticos no se mezclen en esta cuestión».
A su juicio, el resultado del referéndum «no será un veredicto» acerca de él como político, sino que se tratará de «un veredicto sobre la cuestión» de la continuidad británica en la UE.
«Simplemente hago mi trabajo. Tengo una función muy clara de los británicos para servir como primer ministro en un gobierno conservador, celebrado un referéndum», comentó en alusión a su cargo como jefe del Ejecutivo en este escenario.
El líder tory reconoce que no todos sus colegas comparten este punto de vista, en particular el ministro de Justicia y amigo personal de Cameron, Michael Gove, abanderado de la campaña del Brexit.
«No puede ser una condición de amistad que estés de acuerdo con todo el mundo sobre todo», señaló al respecto, según consignó la agencia de noticias EFE.
A cinco días de la consulta, la campaña previa al referendo dio un giro trágico el jueves con el asesinato a tiros de la diputada laborista Jo Cox, que hacía campaña a favor de la permanencia, a manos de un hombre de 52 años que supuestamente mantenía vínculos con la extrema derecha y tenía problemas mentales.