MARTES, 26 DE NOV

Cerca de 108 millones de personas padecen grave inseguridad alimentaria

Según un informe mundial de la ONU, durante el 2016, se registró un drástico aumento de hambre a nivel internacional, en comparación a los 80 millones registrados en el 2015.

El año 2016 marcó otro triste récord respecto al hambre a nivel internacional, luego de que un informe mundial de un organismo de la ONU sobre crisis alimentaria revelara que cerca de 108 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria, un drástico aumento frente a los 80 millones registrados en 2015.

El documento, en cuya elaboración se integraron diversas metodologías de medición, es fruto de una nueva colaboración entre la Unión Europea y USAID/FEWSNET (red de alerta contra la hambruna de EEUU), instituciones regionales de seguridad alimentaria y organismos de la ONU, entre ellos la FAO, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF.

«Este informe pone de relieve la necesidad fundamental de acciones rápidas y específicas para responder eficazmente a las crisis alimentarias y abordar sus causas profundas. La UE ha asumido el liderazgo en esta respuesta», explicó Neven Mimica, comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo.

«En 2016 ya asignamos 550 millones de euros, seguido de otros 165 millones que acabamos de movilizar para ayudar a las personas afectadas por el hambre y la sequía en el Cuerno de África», agregó el funcionario.

El fuerte incremento refleja los problemas de la población para producir y acceder a los alimentos debido a los conflictos, los precios a niveles récord en los mercados locales de los países afectados y a eventos meteorológicos extremos como la sequía y las lluvias irregulares causadas por El Niño.

Los conflictos civiles son el factor determinante en nueve de las diez peores crisis humanitarias, lo que pone de relieve el estrecho vínculo existente entre paz y seguridad alimentaria, según revela el Informe mundial sobre crisis alimentarias 2017.

El informe sostiene que la demanda de ayuda humanitaria y para la creación de resiliencia se intensificará este año, ya que cuatro países corren el riesgo de sufrir hambrunas: Sudán del Sur, Somalia, Yemen y el noreste de Nigeria.
Otros países que requieren asistencia a gran escala debido a la inseguridad alimentaria generalizada son Irak, Siria (incluyendo a los refugiados en países vecinos), Malawi y Zimbabwe.

El director General de la FAO, José Graziano da Silva, afirmó que se puede «evitar que la gente muera a causa de la hambruna, pero si no ampliamos nuestros esfuerzos para salvaguardar, proteger e invertir en los medios de subsistencia rurales, decenas de millones de personas seguirán padeciendo inseguridad alimentaria severa».

Ertharin Cousin, directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, explicó en tanto que se trata de «una carrera contra el tiempo: el mundo debe actuar ahora para salvar las vidas y el sustento de millones de personas que se encuentran al borde de la inanición».

Y agregó que las cifras «reflejan un panorama sumamente preocupante» y que «el hambre agrava las crisis, creando una inestabilidad e inseguridad cada vez mayores. Lo que es hoy un problema de seguridad alimentaria se convierte mañana en un problema de seguridad».

Los 108 millones de personas que según el informe están en situación de inseguridad alimentaria severa en 2016 representan a aquellas que sufren un nivel de malnutrición aguda mayor de lo habitual y una falta generalizada de alimentos mínimamente adecuados, incluso con ayuda externa.

En este aspecto, el informe incluye a los hogares que pueden hacer frente a sus necesidades alimentarias mínimas «tan sólo agotando sus semillas, ganado y activos agrícolas necesarios para producir alimentos en el futuro».

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