Avanza el Instituto de Diálogo Interreligioso
La iniciativa está avalada por Francisco. "El Diálogo interreligioso es algo muy afianzado en Argentina y ahora estamos trabajando en llevarlo a las Américas", declaró el dirigente islámico Omar Abboud.
- Internacionales
- Ene 16, 2016
El proyecto para crear un Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI) de las Américas que funcione en el ámbito de la Organización de Estados Americanos (OEA), inspirado en el que ya existe en Argentina desde el 2000, avanza con un fuerte aval del papa Francisco y la realización de un primer congreso a llevarse a cabo en Roma en septiembre de este año.
La iniciativa está inspirada en el IDI que de la mano del entonces Arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio y ahora Pontífice articularon el dirigente islámico Omar Abboud, el rabino Daniel Goldman y el sacerdote católico Guillermo Marcó.
La idea ya recibió el visto bueno del Santo Padre en noviembre pasado y tiene como un fuerte impulsor al secretario general de la OEA, Luis Almagro.
«El Diálogo interreligioso es algo muy afianzado en Argentina y ahora estamos trabajando en llevarlo a las Américas, con una perspectiva americana», confió Abboud en diálogo con Télam en Roma sobre la iniciativa que será la extensión a nivel regional de un proyecto que funciona en el país desde el 2000.
«Luego del impulso de la última visita que hizo Almagro al Sumo Pontífice en noviembre, ahora habrá reuniones de trabajo a lo largo de todo el año con la idea de realizar un primer congreso en Roma en septiembre», agregó Abboud tras entrevistarse con el secretario general de la OEA en la capital italiana.
Almagro, en tanto, resaltó en diálogo con Télam la iniciativa a la que calificó como «un paso fundamental».
«No es que el Diálogo Interreligioso vaya a resolver todos los problemas, pero sin él no hay solución para los problemas que separan a veces a las sociedades», resaltó.
En esa línea, a comienzos de diciembre, los tres responsables del IDI enviaron sus bendiciones a la inauguración de la nueva sede de la embajada argentina ante el Vaticano resaltando la «construcción» que significa el diálogo interreligioso, al que calificaron como un «sello» del país.
«Impulsamos una forma de pensar dialógica. En ese sentido el enfoque desde la Laudato Si’ es importante al incluir a la Tierra como un socio más en el diálogo, viendo las maneras a través de las que se manifiesta», enmarcó Abboud, protagonista además junto a Goldman y Marcó del primer video lanzado por Francisco en las redes sociales en el marco del Jubileo de la Misericordia en el que el Papa llama a entablar «un diálogo entre religiones» para lograr «frutos de paz y de justicia».
«La encíclica Laudato Si’ tiene un mensaje para la humanidad en general. Y nuestro continente, que es una tierra de paz, sin conflictividad, puede perfectamente desarrollar un trabajo mancomunado en esta dirección.
La preocupación por la casa común es una preocupación de todos», agregó el dirigente islámico.
La promoción del diálogo interreligioso se convirtió en un tema central del Pontificado de Francisco y en ese marco visitará mañana la Gran Sinagoga de Roma.
El Sumo Pontífice llegará al templo Mayor de la capital italiana a las 16 de la capital italiana (12 de Argentina) tras la invitación del Rabino jefe y de la comunidad judía de la ciudad, Riccardo Di Segni.
Así, el Obispo de Roma se convertirá en el tercer Pontífice que visita la Sinagoga, tras Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes concurrieron en 1986 y 2010, recordó la Santa Sede al realizar el anuncio.
Durante los casi tres años de pontificado, Francisco dio innumerables señales de acercamiento con el pueblo judío, a cuyos «distinguidos representantes» se refirió el 20 de marzo de 2013 al destacar el «vínculo espiritual muy especial» que une a ambas creencias.
Francisco aseguró su gran anhelo de contribuir como Obispo de Roma, al igual que hizo en Buenos Aires, a la cercanía y amistad entre cristianos y judíos, e invocó «la protección y la bendición del Altísimo para este camino común de amistad y confianza».
El Santo Padre recordó, entonces, que «la tragedia común de la guerra nos enseñó a caminar juntos» y afirmó que «un cristiano no puede ser antisemita».