MARTES, 26 DE NOV

Duro revés de la ONU para el Reino Unido en un caso similar al de Malvinas

Un total de 116 países, entre ellos Argentina, votaron a favor de la resolución no vinculante, que fue presentada por países africanos y que urge al Reino Unido a "retirar su administración colonial" de las islas de Chagos en un plazo de seis meses. Por otra parte, la primera ministra Theresa May, contra las cuerdas por el "no acuerdo" del plan Brexit.

La Asamblea General de la ONU exigió este miércoles por amplia mayoría al Reino Unido que ceda a Mauricio el archipiélago de Chagos, en un fuerte revés para Londres en un conflicto que sucesivos gobiernos argentinos han comparado al de Malvinas.

El archipiélago del océano Índico está en el centro de una larga disputa por la decisión del Reino Unido de separarlo de Mauricio en 1965 para establecer una base militar conjunta con Estados Unidos en Diego García, la más grande de sus más de 50 islas.

Los chagosianos expulsados de la isla, que desde hace 40 años hacen campaña por el retorno, han denunciado el «doble discurso» de Londres, que defiende el derecho a la autodeterminación de los kelpers de Malvinas pero les niega a ellos ese derecho.

Un total de 116 países, entre ellos Argentina, votaron a favor de la resolución no vinculante, que fue presentada por países africanos y que urge al Reino Unido a «retirar su administración colonial» de las islas de Chagos en un plazo de seis meses.

Sólo seis países de los 193 que integran la asamblea, entre ellos el Reino Unido y Estados Unidos, votaron contra la medida, co patrocinada por Argentina, mientras que otros 56 se abstuvieron, incluyendo a Canadá, Francia y Alemania. Quince naciones no votaron.

«Vemos como algo muy positivo que la comunidad internacional haya apoyado la resolución y los principios de la legalidad internacional», dijo el embajador argentino ante la ONU, Martín García Moritán. «Es muy importante para los procesos de descolonización», agregó.

La votación llegó tres meses después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya concluyó que el Reino Unido había separado las islas de manera ilegal y debía devolverlas a Mauricio, una ex colonia británica que se independizó en 1968.

Luego de que el Reino Unido rechazara la «opinión consultiva» de la CIJ, máximo tribunal de Naciones Unidas, Mauricio pidió la intervención de la Asamblea General.

La resolución dice que la ONU y sus organismos deben reconocer la soberanía de Maurcio sobre Chagos y llama a todos los gobiernos a «no reconocer, apoyar ni ayudar a la administración colonial ilegal» británica de Chagos, informó la cadena BBC.

Aunque las resoluciones de la Asamblea General de la ONU no son de cumplimiento obligatorio, sí tienen todo el peso moral del más democrático y amplio de los órganos de Naciones Unidas.

El conflicto por Chagos ha sido comparado al de Malvinas, otro territorio objeto de un reclamo internacional contra el Reino Unido.

En febrero pasado, el canciller Jorge Faurie celebró el fallo de la CIJ sobre Chagos y dijo que tenía «una enorme validez» para el reclamo argentino de la soberanía de las Malvinas.

«Se trata, en el caso del archipiélago de Chagos, como en el de Malvinas, de una situación de desmembramiento territorial donde la población que se encontraba en las islas fue trasladada contra su voluntad, en este caso al territorio continental argentino, en 1833», agregó entonces el ministro.

Al dirigirse a la asamblea antes de la votación, el primer ministro de Mauricio, Pravind Kumar Jugnauth, dijo que la ONU debía enviar «una clara señal de que el colonialismo ya no puede ser tolerado».

A su turno, la embajadora británica Karen Pierce dijo que la base militar de Diego García «juega un rol vital» para mantener seguros a los aliados en la región, incluyendo a Mauricio.

Estados Unidos ha utilizado aviones estacionados en la base para lanzar ataques en Irak y Afganistán.

En 2016, el Reino Unido extendió el acuerdo de arrendamiento con Estados Unidos para el uso de Diego García hasta 2036.

May contra las cuerdas

La carrera política de la primera ministra británica, Theresa May, parecía este miércoles encaminada a un final ignominioso en medio de crecientes pedidos de renuncia de legisladores de su Partido Conservador, luego de que su último intento de sacar al Reino Unido de la Unión Europea (UE) chocara con el rechazo casi unánime del Parlamento.

Varios ministros pro-Brexit del gabinete dijeron públicamente que May no podía seguir en su cargo, un día después de que la premier ofreciera al Parlamento un acuerdo de compromiso sobre la salida del país de la UE que indignó a muchos en su partido y que también fue desestimado por la oposición.

La premier resistía el embate, y el diputado conservador Julian Smith, uno de sus aliados, comunicó a la bancada del partido que no iba a dimitir, informó BBC.

Con el Parlamento envuelto en una atmósfera febril en medio de rumores e intrigas, diputados conservadores pro-Brexit convocaron a May a una reunión decisiva el viernes y le dieron 48 horas para anunciar si asiste, y caso contrario renovarán esfuerzos para desbancarla.

Además, una ministra renunció al caer la noche con un carta en la que fustigó a May por no haber podido concretar el Brexit ni mantener unido a su gobierno.

La ministra para el Parlamento, Andrea Leadsom, una de las voces más pro-Brexit del gabinete, deploró la «ruptura total de responsabilidad colectiva» en el gobierno y rechazó el nuevo plan de May.

La enésima rebelión que enfrenta May por la salida del Reino Unido de la UE se desencadenó ayer luego de que ofreciera al Parlamento la posibilidad de que los legisladores voten sobre si se celebra un segundo referendo sobre el Brexit, aunque sólo si aprueban el acuerdo de retirada que ya rechazaron tres veces.

May se presentó hoy ante la Cámara de los Comunes y defendió su plan, que planea someter a votación en junio, pero cosechó fuertes críticas y preguntas hostiles.

La premier dijo que el proyecto de ley era la «última oportunidad» de concretar el Brexit y que será publicado el viernes para que los legisladores puedan estudiarlo.

«Rechácenlo, y todo lo que tendremos ante nosotros será división y estancamiento», advirtió.
La primera ministra ha prometido renunciar al cargo una vez que el Parlamento vote su plan pero el clamor para que se aleje antes está creciendo.

El opositor Partido Laborista también ha criticado el nuevo plan de May.

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