VIERNES, 22 DE NOV

El coronavirus avanza descontrolado en Israel y un nuevo cierre total parece inevitable

El ministro de Sanidad, Yuli Edelstein, dijo que el nivel de contagios de los próximos tres o cuatro días será fundamental para decidir la imposición de un cierre total que, señaló, solo se evitará si ocurre un "milagro médico".

Israel registró casi 1.800 casos de coronavirus en el último día, lo que volvió a encender las alertas y deja al país al borde de un cierre total, mientras las medidas implementadas hasta ahora no logran aplanar una curva de contagios que ya supera con creces la de la primera oleada.

El gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu estableció un límite de 2.000 contagios diarios para volver a ordenar un cierre total de comercios y actividades para evitar que se masifiquen aún más los infectados.

Según el Ministerio de Salud, este miércoles fueron diagnosticados 1.780 casos nuevos de la Covid-19, una cifra superior a los 1.718 del día anterior, informó el diario israelí Haaretz.

El país registra un total de 39.294 contagios y 364 muertes.

El ministro de Sanidad, Yuli Edelstein, dijo que el nivel de contagios de los próximos tres o cuatro días será fundamental para decidir la imposición de un cierre total que, señaló, solo se evitará si ocurre un «milagro médico».

Israel reabrió su economía progresivamente desde fines de abril hasta llegar a la habilitación de cines y teatros a mediados del mes pasado, tras contener una primera ola de contagios que había dejado unos 30.000 casos y unos 300 muertos desde fines de febrero.

Sin embargo, tuvo que dar marcha atrás en los últimos luego de un brusco aumento de los casos atribuido por muchos a la decisión de reabrir la economía antes de tiempo, aunque la mortalidad se ha mantenido relativamente baja.

Restricciones implementadas la semana pasada, incluido el confinamiento en algunos barrios y la clausura de bares, gimnasios y piscinas, no parecen haber sido suficientes para frenar el incesante ritmo de contagios y aplanar una curva.

Durante esta segunda oleada, sin embargo, las autoridades israelíes enfrentan mayor resistencia de la población, que ve en un nuevo confinamiento una profundización de la crisis económica en la que la pandemia sumió al país.

El desempleo, que en febrero alcanzó un mínimo de 3,3%, hoy supera el 21%, lo que equivale a más de 850.000 personas, y en los últimos días colectivos de trabajadores, sobre todo autónomos, se han manifestado masivamente pidiendo mayor apoyo económico.

Anoche, Netanyahu anunció que el Estado daría una paga única a todos los ciudadanos, lo que ofrece una bocanada de aire a algunas familias.

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