El Gobierno le pide a la población ahorrar energía ante la peor crisis hídrica de Brasil en 91 años
El ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, dio el mensaje este lunes por la noche en el marco de las medidas de emergencia aprobadas por su cartera para monitorear la situación crítica. En todo momento el Gobierno de Jair Bolsonaro descarta que existan apagones o un racionamiento
- Internacionales
- Jun 29, 2021
El Gobierno de Brasil usó la cadena nacional de radio y televisión para pedirle a la población que ahorre energía eléctrica y agua potable para evitar aumentos de tarifas y enfrentar la sequía en las principales cuencas hidrográficas, que está provocando la peor crisis hídrica de los últimos 91 años.
El ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, dio el mensaje anoche en el marco de las medidas de emergencia aprobadas por su cartera para monitorear la situación crítica, aunque en todo momento el Gobierno de Jair Bolsonaro descarta que existan apagones o un racionamiento como ocurrió en 2001, bajo la presidencia de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
La medida ocurre a menos de una semana de la aprobación por parte del Congreso de la privatización del gigante estatal eléctrico Eletrobras, mayor empresa eléctrica latinoamericana, que perderá la mayoría accionaria del Estado federal.
«El uso consciente y responsable de agua y energía reducirá considerablemente la presión sobre el sistema eléctrico, disminuyendo también el costo de la energía generada», afirmó el ministro.
Agregó que «para aumentar nuestra seguridad energética es fundamental que, además de los sectores de comercio, de servicios e industria, la sociedad brasileña, todo ciudadano consumidor, participe de este esfuerzo, evitando desperdicio de energía eléctrica, para minimizar los impactos».
Albuquerque, de todos modos, descartó la necesidad de un racionamiento de energía como ocurrió por última vez en 2001.
En su mensaje de radio y televisión, Albuquerque explicó que Brasil vive la peor sequía de los últimos 91 años en las cuencas hídricas en sudeste y sur de Brasil, entre ellas la del Paraná, a tal punto que en los últimos días ganaron espacio en la agenda pública imágenes sobre la falta de presión en las aguas de las Cataratas del Iguazú, que Brasil comparte con Argentina.
Además, defendió la política energética del país de reducir la dependencia de hidroeléctrica y haber sumado otras fuentes como biomasa, eólica y solar.
Brasil ha hecho de la energía hidroeléctrica en los últimos 50 años su principal matriz energética y Alburquerque calificó a su sistema como «robusto».
En el Congreso, el oficialismo defiende, frente a las protestas indígenas, permitir la construcción de hidroeléctricas y la explotación minera en reservas indígenas.
En su mensaje, el ministro buscó «tranquilizar a todos» y afirmó: «Estamos seguros de que superaremos este momento desafiante y transitorio.»
Están previstos aumentos en las tarifas en caso de que sea necesario utilizar centrales térmicas para compensar la reducción de producción de energía hidroeléctrica.
San Pablo, el polo industrial más desarrollado de América Latina, recibe su energía de la central binacional brasileño paraguaya de de Itaipú y ya se creó un comité gestor de la crisis hídrica para tomar medidas específicas frente a esta situación.