¿En la economía mundial es posible un nuevo “invierno”?
Varios de los oráculos que vaticinaron en su momento la crisis de las hipotecas subprime, salieron a alertar que otra vez "se viene el invierno". ¿Qué hay de cierto detrás de eso?
- Internacionales
- May 3, 2016
Sebastián Campanario es licenciado en Economía (UBA) y en Periodismo (TEA), y es el autor de una nota que publica el diario “La Nación” donde desgrana y trae a la memoria algunos vaticinios de quienes denomina como “jinetes del Apocalipsis”.
La nota comienza con un interrogante que remite a Woody Allen: ¿Qué pasa si todo es una ilusión y nada realmente existe? En ese caso, definitivamente pagué de más por la alfombra que compré», dijo una vez Woody Allen.
En la discusión actual de los mercados globales –prosigue-, realidades, ilusiones y burbujas aparecen una y otra vez. ¿Se aprendió algo de la crisis de 2007-2008? ¿O hay activos sobrevalorados en una situación de base tan o más frágil que hace ocho años, por los cuales se están pagando de más, como Woody Allen por su alfombra?
Señala luego que hay un dato interesante y colorido (e inquietante) que surgió en las últimas semanas: varios de los oráculos que vaticinaron en su momento la crisis de las hipotecas subprime ocho años atrás salieron a alertar que, como sucede en la serie Juego de tronos que estrenó su sexta temporada, «el invierno se aproxima».
Aclara Campanario que algunos de estos analistas son más conocidos, otros más marginales. Todos tienen algo en común: meses o años antes de la caída de Lehman Brothers venían alertando sobre la catástrofe en forma sistemática, aunque los tildaran de lunáticos.
«Sentí como si estuviera viendo un avión que se estrellaba», recordó la semana pasada, en un reportaje con el New York Times, Michael Burry, el operador que personificó el actor Christian Bale en la película The Big Short, basada en el libro de Michael Lewis sobre la crisis financiera de 2008. «De hecho, por esa época soñaba con el accidente aéreo una y otra vez. Sabía lo que iba a pasar, pero también sabía que ni yo ni nadie lo podía evitar», dice Burry.