Estados Unidos y Rusia inician conversaciones estratégicas
La subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, y su homólogo ruso, el vicecanciller, Serguei Riabkov, estaban reunidos en la misión de Estados Unidos en Ginebra en medio de temores occidentales a una invasión rusa de Ucrania.
- Internacionales
- Ene 10, 2022
Diplomáticos estadounidenses y rusos iniciaron hoy cruciales conversaciones estratégicas, en medio de temores occidentales a una invasión rusa de Ucrania y temores de Moscú a quedar rodeado por aliados de Estados Unidos y potenciales enemigos.
La subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, y su homólogo ruso, el vicecanciller, Serguei Riabkov, estaban reunidos en la misión de Estados Unidos en Ginebra, informó un portavoz del Departamento de Estado.
Un convoy de vehículos negros con matrícula diplomática rusa había llegado poco antes, y fue conducido a través de las grandes puertas de hierro donde ondeaba una bandera estadounidense, informó la agencia de noticias AFP.
Los dos diplomáticos se reunieron de manera informal en la ciudad suiza ayer por la noche.
«La conversación fue difícil, no podía ser fácil», declaró Riabkov tras la reunión de anoche, informó por la agencia de noticias rusa Interfax.
Las conversaciones abren una semana de diplomacia en la que Rusia se reunirá con funcionarios de la OTAN en Bruselas el miércoles y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) el jueves en Viena.
Estados Unidos ha tratado de tranquilizar a los aliados europeos asegurándoles que no se los dejará de lado ni se tomará decisiones que los afecten sin haberlos consultado.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, subrayó ayer que Rusia tenía que elegir entre el diálogo y la confrontación y reiteró que habría «consecuencias masivas para Rusia si renueva su agresión a Ucrania».
Desde finales del año pasado, Rusia acumuló decenas de miles de tropas en la frontera ucraniana.
El Gobierno del presidente Vladimir Putin insiste en que la OTAN nunca debe conceder el ingreso a Ucrania, exrepública soviética, que está presionando para unirse, porque esto abriría la puerta al despliegue de misiles en suelo ucraniano que podrían llegar a Moscú.
Riabkov dijo ayer que Rusia no haría concesiones sobre este punto en las conversaciones, incluso cuando Washington dijo que muchas de las demandas de Moscú no eran posibles.
Sin embargo, Blinken insistió en que era posible «una vía de diálogo y diplomacia para tratar de resolver algunas de estas diferencias y evitar la confrontación».
Un alto funcionario de la Casa Blanca indicó el sábado que Washington podría estar dispuesto a hablar con Rusia de la posibilidad de que ambas partes frenen el despliegue de sistemas de misiles y sobre el tamaño y alcance de los ejercicios militares conjuntos entre la OTAN y Ucrania, que Moscú ve como una amenaza y una provocación.
Blinken advirtió, sin embargo, que cualquier resultado positivo de las conversaciones dependería en parte de la voluntad de Rusia de abandonar su postura agresiva, que comparó con «una atmósfera de escalada con una pistola en la cabeza de Ucrania».
«Por tanto, si queremos avanzar, tendremos que ver una desescalada, que Rusia se aleje de la amenaza que supone actualmente para Ucrania», declaró a la CNN.
Las conversaciones se producen después de que Putin y su homólogo estadounidense, Joe Biden, se reunieran en Ginebra el pasado junio y acordaran conversaciones periódicas de «estabilidad» entre Sherman y Riabkov.
En dos llamadas telefónicas a Putin, Biden ha advertido de graves consecuencias si Rusia invade Ucrania.
Entre las medidas que se barajan están las sanciones al círculo íntimo de Putin, la cancelación del controvertido gasoducto ruso Nord Stream 2 hacia Alemania o, en el escenario más drástico, el corte de los vínculos de Rusia con el sistema bancario mundial.
Rusia insiste en que fue engañada tras la Guerra Fría y que entendió que la OTAN no se expandiría.
En cambio, la alianza liderada por Estados Unidos acogió a la mayoría de los países del antiguo Pacto de Varsovia y a los tres países bálticos que estaban bajo dominio soviético: Lituania, Letonia y Estonia
Rusia ha ejercido una intensa presión sobre Ucrania desde 2014, después de que una revolución de nacionalistas de derecha derrocara a un Gobierno pro-Kremlin contrario al acercamiento a Europa.
Rusia se anexionó luego la península ucraniana de Crimea, que le permite a su flota una salida al mar Mediterráneo, y respalda políticamente a insurgentes rusoparlantes del este de Ucrania que no reconocen al Gobierno nacionalista que asumió en 2014 y quieren independizarse.
Más de 13.000 personas han muerto en el conflicto entre esos separatistas y el Ejército ucraniano.