Gabriel Boric alcanzó un 57 % de desaprobación desde que asumió la presidencia chilena en marzo
La encuestadora privada Cadem reveló que subió 7 puntos en una semana y que uno de los ítems más bajos se registró en su capacidad de gestionar el conflicto en el Bíobío y en La Araucanía. También el narcotráfico, la delincuencia y la seguridad fueron objeto de críticas.
La desaprobación al presidente de Chile, Gabriel Boric, llegó a un 57%, la cifra más alta desde que asumió su mandato en marzo, informó la encuestadora privada Cadem.
«La desaprobación al presidente Gabriel Boric subió de 50 a 57% en una semana, alcanzando su nivel más alto desde que asumiera el 11 de marzo», señaló Cadem a través de su estudio semanal Plaza Pública.
En el desglose, Cadem reveló que uno de los ítems calificados entre los más bajos es la capacidad del mandatario para gestionar el conflicto en el Biobío y La Araucanía (sur), zona del país donde se vienen registrado hace años ataques incendiarios y armados.
Además, los encuestados evaluaron mal la gestión del mandatario en otras materias como: control del narcotráfico, delincuencia, seguridad, orden público e inmigración.
En la misma línea, la ministra del Interior, Izkia Siches, cuya cartera se encarga del control y funcionamiento de Carabineros (Policía militarizada), fue la figura peor evaluada del gabinete ministerial con un 62% de rechazo.
La agencia de noticias rusa Sputnik, estimó que desde hace décadas se vienen registrando en el sur de Chile, específicamente en las regiones de La Araucanía y el Biobío, ataques incendiarios y armados contra empresas forestales, empresas de áridos e iglesias.
Estos hechos de violencia han sido vinculados por algunos sectores políticos a la histórica demanda territorial del pueblo indígena mapuche, pero esas denuncias no han sido ratificadas por la Justicia.
Hace dos semanas, el presidente decretó el estado de Emergencia en la zona, con el objetivo de que las Fuerzas Armadas cooperen en labores de seguridad, a pesar de que anteriormente el mandatario había asegurado que no recurriría a la militarización para solucionar el conflicto.