Italia cierra desde este viernes Lombardía y otras tres regiones para frenar el coronavirus
El gobierno de Giuseppe Conte dispuso también a nivel nacional el cierre durante los fines de semana de centros comerciales y grandes mercados, además de la apertura de bares, restaurantes, heladerías y pastelerías solo hasta las 18 de forma presencial y hasta las 22 con envío a domicilio.
- Internacionales
- Nov 5, 2020
La entrada y salida de personas desde cuatro regiones consideradas «zonas rojas» de coronavirus, las norteñas Lombardía, Piamonte y Valle de Aosta y la sureña Calabria, quedará prohibida desde mañana como parte de una nueva batería de medidas para tratar de contener la enfermedad y pese al rechazo de sus gobernadores.
En conferencia de prensa, el primer ministro Giuseppe Conte anunció además anoche un toque de queda a nivel nacional por el que no se podrá salir a la calle entre las 22 y las 5 salvo probadas razones de trabajo, salud o urgencias, que se deberán poner bajo declaración jurada por escrito en un formulario ofrecido por el Ministerio del Interior.
En medio de una segunda ola de coronavirus que durante octubre multiplicó por diez los casos diarios en Italia, Conte decidió dividir al país en tres zonas de riesgo para aplicar medidas concretas en los territorios más afectados y permitir otras actividades en aquellos con menor riesgo epidemiológico.
Así, el premier y su ministro de Salud, Roberto Speranza, decidieron que Lombardía, el motor industrial del país, que aporta el 22% del Producto Bruto Interno (PBI) y concentra el 45% de las víctimas desde el inicio del brote de coronavirus, sea considerada «zona roja», o de «elevada gravedad», junto a Piamonte, Valle de Aosta y Calabria.
Según el decreto, que tendrá vigencia desde mañana y hasta el 3 de diciembre próximo, en las zonas rojas se prohíbe «toda entrada o salida» de personas y también los desplazamientos internos en los municipios y ciudades si no es por motivos justificados como trabajo o salud.
Conte anunció además el cierre de los negocios, excepto los esenciales como farmacias o supermercados, mientras que en las escuelas la educación será solo presencial para aquellos menores de once años, mientras él resto deberá estudiar a distancia.
En una segunda categoría, quedaron catalogadas como «zona naranja» la isla de Sicilia y la sureña región de Apulia, en las que además de quedar prohibidos los desplazamientos internos se dispuso el cierre de la actividad de bares y restaurantes.
Dentro del grupo de «zona amarilla», o de riesgo bajo, quedaron las otras 14 regiones del país, incluida Lacio y su capital Roma, en las que, de todos modos, regirá el toque de queda.
El nivel de riesgo de cada región solo se podrá modificar luego de 14 días, «si alcanza niveles de estabilidad», planteó Conte.
Hoy, los gobernadores de las reacciones afectadas salieron a mostrar su descontento con el nuevo decreto, como Attilio Fontana, de Lombardía, que en declaraciones televisivas consideró «un cachetazo» la medida.
«Desafiaremos (ante la Justicia) la nueva ordenanza del Ministro de Salud que establece la zona roja en Calabria. Esta región no merece un aislamiento que corre el riesgo de ser fatal», agregó el Gobernador interino de la región sureña, Nino Spirli.
Desde Sicilia, el gobernador Nello Musumeci habló de una medida «absurda», mientras que, por el contrario, Vincenzo De Luca, de Campania, encontró «poco severas» las medidas.
A nivel nacional, las medidas de Conte, quien aspira aún a poder llegar a la Navidad con la situación controlada, disponen también el cierre durante los fines de semana de centros comerciales y grandes mercados, además de la apertura de bares, restaurantes, heladerías y pastelerías solo hasta las 18.
Con el país cerca de alcanzar las 40.000 víctimas fatales desde el inicio de la pandemia, Conte dispuso también el cierre de cines, teatros, gimnasios, piscinas y museos y la suspensión de toda actividad deportiva no organizada por el Comité Olímpico (COI).