La India protege su economía ante los gigantes del comercio electrónico
El futuro del comercio electrónico de la India parecia destinado a ver una competencia entre dos operadores estadounidenses: Amazon y Walmart.
- Internacionales
- Ene 26, 2019
El futuro del comercio electrónico de la India parecia destinado a ver una competencia entre dos operadores estadounidenses: Amazon y Walmart.
En mayo de 2018, Amazon compró la empresa india mejor implantada en ese mercado, Flipkart, en 16 000 millones de dólares, mientras que Walmart dedicaba más de 5 000 millones de dólares –de ellos 580 millones sólo en septiembre– a la compra de More, una de las principales cadenas de supermercados de la India.
Con 4 600 establecimientos y más de 2 millones de empleados en Estados Unidos, Walmart es el gigante de la distribución en ese país, ha ido adaptándose al comercio electrónico con la utilización de sus tiendas como sitios de entrega de los artículos adquiridos y ahora está extendiéndose por Asia. Por su parte, Amazon se impuso en pocos años como líder occidental del comercio electrónico y ahora está comenzando a producir artículos.
Pero el gobierno del primer ministro indio Narendra Modi ha redactado una nueva reglamentación: los operadores extranjeros ya no podrán vender los artículos y servicios que ellos mismos producen. Tendrán que comportarse como intermediarios neutros, sin privilegiar a ningún productor y sin intervenir en los precios. Además, siendo el productor responsable de lo que vende, los intermediarios de la web tendrán que identificar a los productores y hacer posible ponerse en contacto con ellos. Eso hará posible evitar a los intermediarios y contactar directamente a los productores.
A pesar de las intervenciones del gobierno estadounidense, la nueva reglamentación india entrará en vigor el 1º de febrero de 2019, para gran satisfacción de los militantes hindúes y de los comunistas, que habían hecho campaña contra las transnacionales estadounidenses. Esa reglamentación debe permitir también evitar la presión sobre los productores para que reduzcan los precios de sus productos y salvar las redes indias de venta detallista.
En Europa, por el contrario, los gigantes del comercio electrónico pueden enriquecerse sin ningún tipo de control. El debate europeo sólo tiene que ver con cómo hacerlos pagar impuestos, no sobre los empleos que están destruyendo ni sobre la transformación social están provocando.