LUNES, 18 DE NOV

La ONU pide mantener el «statu quo» en la Explanada de las Mezquitas después de la incursión israelí

La Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania, como Hamas en Gaza, advirtieron que la decisión de visitar el lugar del ministro de Seguridad Nacional de Israel de Israel, Ben Gvir, fue el cruce de una “línea roja” que tendrá “graves consecuencias”.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidió mantener el «statu quo» en la Explanada de las Mezquitas, después de una reunión extraordinaria originada tras la polémica visita a este lugar – sagrado para musulmanes y judíos – del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir.

En tal sentido, el subsecretario general de la ONU para Medio Oriente, Khaled Khiari, advirtió a los miembros que la situación en la zona «es muy frágil», como ya se ha «visto en numerosas ocasiones en el pasado», dos días después de que tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania, como Hamas en Gaza, advirtieran que la decisión de Ben Gvir, es el cruce de una «línea roja» que tendrá «graves consecuencias».

«Cualquier incidente o tensión que se produzca allí puede desbordarse y causar violencia en todo el territorio palestino ocupado, en Israel y en otros lugares de la región», dijo Khiari durante la noche de este jeves.

El subsecretario agregó que, «si bien la visita no estuvo acompañada ni seguida de violencia, se considera particularmente incendiaria dada la defensa anterior de Ben Gvir sobre futuros cambios en el ‘statu quo'».

«Con esa realidad en mente, reitero el llamamiento del secretario general, (António Guterres) para que todas las partes se abstengan de tomar medidas que puedan aumentar las tensiones en los lugares sagrados y sus alrededores, y para que todos mantengan el ‘statu quo’, de acuerdo con el papel especial de Jordania», dijo en referencia al rol del reino jordano en cuanto a ser custodio del lugar.

Destacó que la ONU está en estrecho contacto con las partes para reducir la escalada, y que «se deben alentar todos los esfuerzos por bajar las tensiones, mientras que las provocaciones, los pasos incendiarios, las acciones unilaterales y las amenazas de violencia deben rechazarse categóricamente».

El representante palestino, Riyahd Mansur, insistió en que el ministro israelí – líder del partido ultraderechista Otzma Yehudit – no limitó su presencia en la Explanada de las Mezquitas a «una visita» sino que tiene un objetivo político.

Mansur aseguró que Israel «no tiene ningún derecho sobre la soberanía del territorio palestino ocupado», e insistió en que la paz de la región se tiene que determinar en Jerusalén.

El representante israelí, Gilad Erdan, expresó con sorna que se sentía «muy contento» porque la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU trataba sobre la «visita tranquila, ordenada y sin incidentes» de Ben Gvir.

«Pensé que si este importante organismo se reúne para discutir un asunto tan trivial, entonces claramente logramos la paz mundial de la noche a la mañana. Después de todo, ¿por qué otro motivo este Consejo dedicaría su tiempo a un suceso tan insignificante?», continuó ironizando.

Erdan remarcó que la visita se encuadra dentro del ‘statu quo’ y que los judíos tienen derecho a asistir a la Explanada de las Mezquitas y acusó a los palestinos de convertir el lugar en un campo de batalla.

La Explanada de las Mezquitas es sagrada tanto para musulmanes – alberga la importante mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca, donde Mahoma ascendió al cielo –; como para judíos, que lo llaman Monte del Templo, y se encuentra en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el sector palestino ocupado y anexado por Israel.

De acuerdo con el statu quo vigente desde 1967 – cuando Israel ocupó tras la guerra de los Seis Días la parte este de Jerusalén – el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo reservado solo a algunos rabinos.

En el año 2000, la visita de Ariel Sharon, entonces jefe de la oposición derechista israelí, fue percibida como una provocación por los palestinos, y al día siguiente sangrientos enfrentamientos entre palestinos y policías israelíes marcaron el comienzo de la segunda Intifada (levantamiento palestino, 2000-2005).

En 1967, durante la llamada Guerra de los Seis Días Israel ocupó, entre otros, los territorios de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, los cuales, según la ley internacional, pertenecen a los palestinos, quienes insisten en que las futuras fronteras entre ambos Estados soberanos se tracen acorde a las líneas previas a la guerra de 1967 y admiten un intercambio de territorios, con la esperanza de crear su Estado en Cisjordania y la Franja de Gaza con la capital en Jerusalén Este.

Israel se niega a restablecer las fronteras de 1967 y menos aún compartir con los árabes Jerusalén, que proclamó su capital «eterna e indivisible».

Foto: Minhelet Har-Habait/Temple Mount Administration via AFP

 

 

 

 

 

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