Tras la denuncia del presidente de Bolivia, Luis Arce, respecto de movimientos “irregulares de algunas unidades del Ejército” en las calles de La Paz, la policía militar tomó por las fuerzas el Palacio del Quemado, sede del poder Ejecutivo en la capital boliviana.

“Basta de ultrajamiento en nuestro país, basta de destrozar nuestro país, basta de servirse de los humildes y de los pobres. Aquí están las Fuerzas Armadas por su pueblo”, vocifero a viva voz antes los medios presentes Juan José Zúñiga, ex general boliviano en las puertas del Palacio Ejecutivo rodeado de agentes de la policía militar.

 

En simultaneo, el expresidente Evo Morales denunció un golpe de estado en marcha con el despliegue de las Fuerzas Armadas sobre la Plaza Murillo, frente al Palacio del Quemado en la capital boliviana. “Convocaron a las 3:00 pm a reunión de emergencia en el Estado Mayor del Ejército en Miraflores con uniformes de combate”, informó Morales en la red social X.

Ante los acontecimientos de público conocimiento, la Central Obrera Boliviana (COB) llamó a una huelga general indefinida en rechazo a la intervención militar en las calles de La Paz y en defensa de la democracia.

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