MARTES, 26 DE NOV

Manifestantes bolsonaristas tomaron el Congreso y el Palacio Presidencial en Brasil

Los manifestantes estaban en las oficinas de los colaboradores de Lula y rompiendo los objetos a su paso. También ocuparon el edificio de la Corte. Lula decretó la intervención federal.

 

Miles de seguidores del exmandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, que defienden un golpe de estado para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, invadieron este domingo el Palacio del Planalto, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), en Brasilia, prácticamente sin resistencia de la policía de la capital federal.

Lula se encontraba en Araraquara, interior de San Pablo, en una visita prevista en agenda desde el viernes para ver zonas de desastre causados por las lluvias, mientras algunos manifestantes llegaron hasta la puerta del Palacio del Planalto, la sede del gobierno, según mostró el canal GloboNews.

El interior del Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto fueron desocupados luego de una operación que contó con la tropa de choque y el lanzamiento de gases lacrimógenos desde helicópteros.

Tras los hechos, el presidente brasileño decretó la intervención federal a Brasilia y advirtió que los «terroristas» que los protagonizaron «pagarán con toda la fuerza de la ley».

La intervención en Brasilia será hasta el 31 de este mes y su objetivo es poner fin a los actos de violencia en los edificios del poder público.

 

«Creemos que hubo falta de seguridad y quiero decir que todas las personas que hicieron esto serán encontradas y serán punidas», dijo Lula en Araraquara, estado San Pablo, donde estaba de visita por una tragedia de inundaciones.

«Esos vándalos, que podemos llamar de nazis fanáticos, stalinistas fanáticos o mejor fascistas fanáticos, hicieron lo que nunca se hizo en este país», dijo en relación con los atacantes.

Agregó que van a «descubrir quiénes son los financistas de estos vándalos que fueron a Brasilia«, además de asegurar que «todos pagarán con la fuerza de la ley este gesto antidemocrático».

Lula también responsabilizó a su antecesor, a quien llamó «genocida», y acusó al agronegocio y al las mafias de la minería ilegal de financiar estos movimientos golpistas.

Los manifestantes rompieron vidrios, cámaras de seguridad, armarios y despachos en el Planalto y el STF.

Llegaron en caravanas de todo el país, mientras Bolsonaro se encuentra en Orlando, Estados Unidos, adonde viajó tras abandonar el poder.

La situación fue comparada con la invasión al Capitolio, el Congreso de Estados Unidos, en enero de 2021, para desconocer la derrota electoral del entonces presidente Donald Trump, aliado de Bolsonaro.

La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) gobernante, Gleisi Hoffmann, acusó al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, un aliado de Bolsonaro, de haber liberado la zona para permitir el avance de los golpistas.

Los manifestantes estaban en las oficinas de los colaboradores de Lula y rompiendo los objetos a su paso dentro del Planalto.

El gobernador de Brasilia echó al secretario de Seguridad

El gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, aliado del expresidente Jair Bolsonaro, determinó la expulsión del cargo del secretario de Seguridad, Anderson Torres, a quien atribuye la responsabilidad por la invasión de miles de golpistas al Palacio del Planalto (sede de gobierno), Congreso y corte suprema, informaron fuentes gubernamentales.

Torres, exministro de Justicia de Bolsonaro hasta el domingo pasado, se encuentra en Estados Unidos cuando ya estaba prevista esta manifestación de los bolsonaristas.

Unos 400 detenidos

Al menos 400 personas fueron detenidas por participar de los actos golpistas de seguidores del expresidente Jai Bolsonaro, que invadieron la casa de gobierno de Brasil, el Congreso y la sede de la corte suprema en Brasilia, luego de que la policía recuperara el control general de la situación.

Fuentes de la Policía Civil de Brasilia, dijeron que varios ómnibus con detenidos que habían participado de los actos de vandalismo en la invasión a los edificios públicos fueron llevados a las comisarías de la capital.

 

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