Perú afronta «caos nacional» en medio de protestas, edificio histórico queda en cenizas
El conflicto social y político que comenzó a inicios de diciembre ha dejado 45 muertos en choques entre manifestantes y la policía; mientras que otras nueve personas fallecieron en accidentes vinculados al bloqueo de vías durante las protestas.
- Internacionales
- Ene 20, 2023
Perú buscaba salir el viernes de un «caos nacional» debido a disturbios con bloqueos de carreteras, enfrentamientos con la policía y el incendio de un histórico edificio en Lima durante una ola de protestas contra el Gobierno, la más violenta en dos décadas que ha puesto a prueba la democracia del país andino.
Una casona de casi un siglo de antigüedad en el centro de la capital de Perú quedó reducida el viernes a cenizas por un incendio tras enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El edificio de cuatro pisos, ubicado a pocos metros de la Plaza San Martín, foco de las manifestaciones, fue pasto de las llamas la noche del jueves y pese a que ya se controló el fuego, los bomberos seguían arrojando agua para evitar que se reactive.
«Hemos perdido un valor monumental, es lamentable que no se haya fijado el daño que se le pueda hacer a la ciudad», dijo el jefe de los bomberos de Lima, el comandante Mario Casaretto, a la estación de televisión Canal N, frente al edificio afectado.
Asimismo, versiones difundidas en redes sociales de manifestantes o de políticos de izquierda que apoyan las protestas apuntan a que el incendio fue provocado por una bomba lacrimógena lanzada por la policía durante los violentos enfrentamientos.
Mientras, que el Gobierno ha rechazado esas acusaciones, en momentos en que se demanda en las protestas la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, rápidas elecciones anticipadas y una asamblea para tener una nueva Constitución.
«Está circulando información que este incendio fue provocado por una artefacto lacrimógeno de la policía; es absolutamente falso», dijo la noche del jueves el ministro de Interior, Vicente Romero, durante un mensaje que ofreció Boluarte.
Las protestas estallaron luego de la destitución y arresto el 7 de diciembre del expresidente izquierdista Pedro Castillo, que intentó de forma ilegal disolver el Congreso. En las protestas se pide también la liberación del exmandatario.
En el centro de Lima empleados de la municipalidad recogieron pedazos de concreto o adoquines de cemento que los manifestantes extrajeron de las veredas para usarlos contra la policía el jueves, que se defendió con bombas lacrimógenas, señalaron.
«Es un caos a nivel nacional, así no se puede vivir, estamos en una incertidumbre terrible, la economía, vandalismo», dijo Leonardo Rojas, un ciudadano limeño mientras leía los titulares de medios impresos en un puesto de venta de diarios.
«El congreso y la presidenta están muy mal, por lo que está haciendo, no toman ninguna medida de lo que está pasando», afirmó Álvaro, quien se excusó de brindar su apellido.
Por su parte, la presidenta ha afirmado que en las protestas en Lima y otras regiones del país, si bien en un momento fueron pacíficas, grupos de «vándalos» atacaron a la policía y a sedes públicas, aunque señaló que la situación está bajo control.
El gobierno aumentó la noche del jueves a seis desde tres las regiones en estado de emergencia, casi todas del sur del país donde se ubican importantes yacimientos mineros, cortando algunos derechos civiles como el libre tránsito de personas.
Durante las protestas del jueves, cientos de manifestantes intentaron tomar el aeropuerto de la ciudad de Arequipa, una de las regiones del sur donde se han registrado mayores protestas. En ese intento una persona murió por «herida de arma de fuego» y otras 18 personas resultaron heridas, según las autoridades.
El enviado especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Christian Salazar Volkmann, se reunió el viernes con el primer ministro Alberto Otárola. «He pedido información de qué está haciendo el gobierno para evitar que los muertos y heridos se repitan», afirmo a periodistas.
El bombero Casaretto informó que no se registraron víctimas en el incendio del edificio de Lima, pero que 40 personas, entre ellas 28 extranjeros, fueron afectadas porque las casas vecinas donde vivían quedaron dañadas en parte por el fuego y por el agua utilizada para apagar las llamas.
Casaretto manifestó que el edificio, que en algún momento albergó cafeterías y salas de proyección de películas, había sido restaurado por un empresario para tenerlo como un atractivo turístico en Lima, que el 18 de enero cumplió sin festejos sus 488 años de fundación.
Peritos especializados en incendios y fiscales llegaron al edificio para iniciar las investigaciones sobre las causas del fuego. Los bomberos dicen que por los rezagos del incendio en dos días recién se dará por controlado totalmente el siniestro.