Temer se entregó a la Policía tras recibir una orden para que regrese a la cárcel
El ex presidente de Brasil se presentó este jueves en una sede policial de San Pablo, después de que un tribunal ordenara que regrese a la cárcel por casos de corrupción.
- Internacionales
- May 9, 2019
El ex presidente de Brasil Michel Temer se presentó este jueves en una sede policial de San Pablo, un día después de que un tribunal ordenase su regreso a la cárcel bajo cargos de corrupción.
Temer llegó a la sede de la Policía Federal de San Pablo dos horas antes de que venciera un ultimátum que le había hecho la jueza Caroline Figueiredo, titular de la Sala Séptima Criminal de Río de Janeiro, bajo amenaza de hacerlo detener por la fuerza pública en caso de no presentarse voluntariamente.
Las autoridades no informaron de inmediato el lugar en el que el ex presidente quedaría detenido.
Sus abogados procuraron que fuera alojado en algún lugar de detención de San Pablo y no de Río de Janeiro, donde el ex presidente pasó cuatro días preso desde el pasado 21 de marzo.
Este miércoles, el Tribunal Regional de la Segunda Región (TRF-2) de Río de Janeiro revocó un hábeas corpus que le había concedido un breve período de libertad y dispuso que el ex presidente vuelva a la cárcel en el marco de una causa abierta en su contra por delitos de corrupción.
El mismo tribunal también determinó el reingreso en la cárcel del coronel de la reserva de la Policía Joao Baptista Lima Filho, amigo personal de Temer y señalado como principal testaferro de la trama corrupta supuestamente liderada por Temer, según la acusación.
Temer había anunciado que se entregaría voluntariamente a las autoridades después de recibir la notificación del fallo del Tribunal Regional.
El ex presidente fue arrestado el 21 de marzo después de que la Fiscalía le acusara de beneficiarse de sobornos pagados por diferentes empresas y de ser el principal líder de una organización criminal que desvió cerca de 500 millones de dólares de recursos públicos durante 40 años.
El ex presidente negó las acusaciones y de declaró víctima de una «persecución política».