JUEVES, 21 DE NOV

A 40 años de la elección de Raúl Alfonsín: “El entusiasmo era extraordinario”

Se cumplen cuatro décadas de la victoria de Raúl Alfonsín en los comicios de 1983, que marcaron la vuelta de la democracia en Argentina. “Era una fiesta en todo el país", contó a Conclusión Pablo Cribioli, quien fuera funcionario de la gestión de Horacio Usandizaga como intendente de Rosario.

Por Guido Brunet

 

El 30 de octubre de 1983 marcó un antes y un después en la historia del país. La elección presidencial que abriría el camino al período democrático más extenso en la historia argentina. Luego de siete años de una dictadura sangrienta y feroz, Raúl Alfonsín se erigió como presidente de la República Argentina, un hecho celebrado por millones de argentinos, unidos más allá del color político.

Desde Rosario, también se conformaba una intendencia radical, comandada por Horacio Usandizaga, referente santafesino del partido. Uno de los hombres de confianza de Usandizaga por entonces era Pablo Cribioli, uno de los periodistas deportivos con mayor trascendencia en esos años, quien luego sería director de Prensa local en ese regreso a la democracia. “Yo era radical, pero no militaba, comencé a participar en ese momento. Usandizaga me propuso ser secretario de Comunicación, primero me negué por mis actividades como periodista, pero después acepté”, contó el comunicador en diálogo con Conclusión.

Cribioli fue director de Prensa y secretario de Gobierno en la gestión de Horacio Usandizaga, luego fue elegido concejal de Rosario, diputado provincial, y en 2015 tuvo su última participación activa cuando se presentó como precandidato para volver a ser parte del Concejo Municipal.

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Sobre las sensaciones que se vivían en la previa de las elecciones, expresó: “Estábamos muy entusiasmados, era una tarea enorme vencer al peronismo, fue un mérito de Alfonsín, él lo logró, con su convicción, el programa, la propuesta que partía de consolidar a la democracia, juzgar a las juntas militares, respetar los valores de la República tras un terrorismo de Estado feroz”.

Pablo Cribioli, ex funcionario rosarino en la vuelta de la democracia

Dos días antes, en el cierre de campaña de Alfonsín en Rosario, las crónicas de esa jornada daban cuenta de un evento masivo que reunió a un millón de personas en el Monumento a la Bandera. «Nunca vi nada igual. No creo que se vuelva a repetir. No se podía respirar. Era un río de gente. La gente llegaba por todos lados. Venían espontáneamente, la mayoría con la bandera argentina. Alfonsín estaba agotado a esa altura del partido. El entusiasmo era extraordinario», recuerda Cribioli.

A la vez que rememora que en la ciudad de Santa Fe, el entonces candidato presidencial dio un discurso de una hora cuarenta minutos, que «fue fantástico, tuve la sensación de que iba a ganar», pero «el que estaba más convencido era el propio Alfonsín».

Luego, ese 30 de octubre, Cribioli describe como «impresionante» el movimiento que se observaba en las calles de Rosario: «Nos cruzábamos radicales con peronistas, prácticamente no hubo incidentes, salvo algunos mínimos. Era una catarata de gente. Era una fiesta, no solamente en Rosario, en todo el país«.

Ese día también fue recordado en la provincia de Santa Fe por un hecho que generó gran suspicacia: el apagón energético en medio de las elecciones a gobernador. «En la Nación sabíamos que ganaba Alfonsín, en la ciudad no se sabía si había ganado Usandizaga, él se fue a su casa a las 3 de la mañana, a las 7 lo fuimos a buscar, estaba despierto. Ahí me pidió que sea su secretario de Comunicación». Por su parte, en lo que respecta a las elecciones a gobernador, a causa del corte eléctrico muchos se animaron a decir que le robaron la elección Aníbal Reynado, comicios en que resultó ganador José María Vernet.

«Era una catarata de gente, era una fiesta, no solamente en Rosario, en todo el país»

Cribioli, que tuvo varios diálogos con el «padre de la democracia», recordó cuando acompañó a Usandizaga a la Casa Rosada, apenas asumió el gobierno local, ya que la ciudad no tenía dinero para pagar los sueldos. «Ese dinero lo consiguió con un aumento del precio de la nafta. No tenía plata y había que arrancar», detalla el exfuncionario, quien mantuvo otras reuniones con Raúl Alfonsín, -«algunas muy jugosas»- en la calle Santa Fe de Capital Federal, donde tenía su oficina: «Nos decía que no bajemos los brazos, que sigamos militando, que ‘en Chascomús nunca vimos un cordero que se coma la estancia’ «.

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En tanto, sobre el devenir del Gobierno de Alfonsín, mencionó que “se hizo todo lo necesario para que no pudiera solucionar el problema económico. Recibió un país fundido, no había para pagar los sueldos, había 100 millones de dólares en el Banco Central, no había crédito. Y de inmediato comenzó el acoso, teníamos a los militares respirándonos en la nuca, de ahí los tres levantamientos que se hicieron, algunos sindicatos con los doce paros de Ubaldini, un sector de la Iglesia, las corporaciones, no entendieron el momento histórico que vivía el país, nadie comprendió el significado de la transición democrática”.

«Partidos, corporaciones y algunos sindicatos no entendieron el momento histórico que vivía el país»

El pasado y el presente

Es imposible hablar de aquellos incipientes momentos de la democracia, y no marcar un hilo conductor con la actualidad. Por eso, sobre la coyuntura actual, el radical menciona su franca oposición a la alianza de su partido con el PRO, a tal punto que decidió renunciar al espacio luego de decretarse el acuerdo. “Si se levantaran Alem, Yrigoyen, Íllia, Alfonsín, Lebensohn a los minutos vuelven a la tumba”, dice socarronamente.

Trazando una línea entre pasado y presente, el exdiputado señala que la propuesta de la Libertad Avanza “es la ruina” y que “en el mundo hay un avance de una derecha muy dura, es un recorrido peligroso, una idea autoritaria, de ultraderecha, es una línea económica que deja al 60 o 70 por ciento de la población afuera, y que tiene que resistir de forma autoritaria porque de otra forma no podría sostenerse”.

La argentina es una democracia aún joven que se reconstruye y resignifica permanentemente, cada vez con la premisa de que, sin la voluntad política de todos los sectores, no sería posible sostenerla. “Es cierto que tenemos problemas económicos enormes. Ha crecido la pobreza, las personas no pueden vivir dignamente. Esto es producto de las malas políticas que hemos tenido”, analizó el exlegislador.

“El problema de Argentina es político”, afirma Cribioli. “Sin una buena política no se pueden resolver los problemas políticos y sociales. Para eso hay que tener grandeza, como la que tuvo Alfonsín de convocar a todos los argentinos de buena voluntad, que convocó a todos los partidos y a los independientes”, agregó.

«Sin una buena política no se pueden resolver los problemas políticos y sociales. Para eso hay que tener grandeza, como la que tuvo Alfonsín de convocar a todos los argentinos de buena voluntad»

Para cerrar, el legislador mandato cumplido consideró sobre esos años: «Nacía la esperanza de un país distinto. Un país que ahora está inconcluso, que no solo debe conformarse con una democracia como la que tenemos, sino que además debe estar garantizada la igualdad de oportunidades».

El reflejo de jornadas históricas

Aquellos días que marcaron la historia de Argentina, fueron reflejados de cerca por la prensa escrita local, más precisamente el diario La Capital de Rosario, que documentó los actos de cierre de campaña en la ciudad, así como el día de la votación y los festejos por el resultado por parte de los militantes radicales.

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