SáBADO, 30 DE NOV

A dos años de la muerte de Pichón Escobar, la familia aún reclama justicia

El 14 de agosto de 2015 Gerardo Escobar concurrió al boliche céntrico La Tienda, esa sería su última noche con vida. Hoy Luciana, su hermana, sigue levantando la bandera de la justicia “No voy a parar hasta que los asesinos estén presos”, afirmó en diálogo con Conclusión.

Por Alejandro Maidana 

El camino de familiares, amigos, organizaciones sociales y políticas, sigue estando marcado por la lucha, por esa que grita a los cuatros vientos justicia por “pichón”.

Desde el momento de su desaparición, claramente forzosa, pasaron siete días de hastío y angustia para aquellos que supieron disfrutar de ese pibe de amplia sonrisa y sueños desechos.

Fue el río Paraná quién se erigiría nuevamente como un sepulturero involuntario, sus aguas aun no terminaban de llorar a Franco Casco, cuando ya estaban cargando sobre su lecho, una nueva y triste historia que contar.

La cobardía e impunidad con la que gozaron aquellos que acabaron con la vida del pibe Florencio Varela, hoy volvían a utilizar esos “privilegios” oscuros para repetir la escena dantesca con Gerardo Escobar. Si en este país matar con las herramientas que te brinda el estado, resulta ser la panacea para aquellos miserables que se esconden bajo las faldas del mismo.

A pesar de que voceros de la Fiscalía indicaron que en un primer examen no presentaba golpes visibles. Familiares y amigos de Gerardo, quienes estaban siendo acompañados por el médico del Servicio Público de la Defensa provincial, Víctor Moglia, sostuvieron que “pichón” tenía evidentes politraumatismos en la cabeza.

Desde ese entonces a los tiempos que corren, no se descansó en el pedido de justicia, la desaparición forzosa de una persona volvía a estar en el eje del debate de una sociedad que en estos casos, prefiere mirar hacia otro lado.

El pibe que laburaba en Parque y Paseos, ese que tenía la maravillosa tarea de transforma el paisaje, abandonaba de prepo su bagaje de sueños, porque la muerte es así de caprichosa cuando es tentada por las escorias.

Luciana Escobar no sólo es la hermana de Gerardo, es la imagen viva de su memoria, en dialogo con Conclusión dijo “Se cumplieron dos años de aquel 14 de agosto que por última vez vi a mi hermano con vida. Lamentablemente la causa está planchada desde que el juez Bailaque decidió abandonar la misma, pero sin antes dejar en libertad a los 5 imputados”.

La familia espera por la designación de un juez, pero el tiempo comienza a jugar a favor de los asesinos “Las pruebas se van perdiendo, luchamos para que no sean adulteradas y para sostener aquellas que fueron manoseadas en un claro intento de entorpecer la investigación”.

La muerte de “pichón” sigue impune, lo que parecía estar cerca se alejó de una manera considerablemente producto de la desidia de aquellos que deberían garantizar justicia. Luciana se transformó en una militante rabiosa por los derechos humanos y una bandera que no deja de ondear contra la violencia estatal “A la impotencia la transforme en lucha, no puedo concebir que esas respuestas que fui buscando para mis adentros con respecto al asesinato de mi hermano la justicia no las tenga. No hay un solo culpable tras las rejas, pero no nos van a bajar los brazos” finalizaba diciendo.

El fuero federal que entiende la causa aun no da señales de reactivación de la misma, las líneas de investigación no se han podido profundizar. Esperando que la fiscalía vuelva a actuar con prontitud, el abogado de la familia Escobar Salvador Vera Roda argumentaba “La causa está frenada, fueron dos años muy difíciles, un desgaste notable tanto para la familia como para todos los que perseguimos justicia por Gerardo”.

Sobre el tema de las pruebas fue muy claro “La articulación de todo aquello que hemos acercado depende pura y exclusivamente de cómo se mueva el fiscal. Lamentablemente eso al día de la fecha no viene sucediendo, nos gana la ansiedad pero lejos estamos de bajar los brazos”.

El tiempo es un jugador clave que conspira para que el final de esta película, no abrace un final feliz “Se van perdiendo la calidad de muchas de las pruebas, no se ha podido avanzar en absoluto en la demostración de la participación de la policía en el hecho, cuando tenemos la certeza que “pichón” fue detenido y no ingresado a los libros de la comisaría tercera. El panorama es complejo, es evidente que el asesinato de Gerardo Escobar para la justicia es un suceso minúsculo que no revierte interés alguno, sin embargo seguiremos insistiendo en el esclarecimiento” enfatizaba el letrado.

Este jueves 17 de agosto en los Tribunales Federales (Oroño 940), a partir de las 17hs, habrá un importante Festival por Pichón a dos años de su muerte.

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