En su día, jubilados concentraron y reclamaron por haberes dignos y salud de calidad

Con una marcha en la plaza 25 de Mayo, organizada por el Frente de Jubilados en Lucha (Frejel) y la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, filial Rosario, los adultos mayores hicieron oír sus demandas en la ciudad, entre ellas un sueldo que mínimamamente equipare la canasta básica, los recortes de medicamentos y un servicio de transporte gratuito. Además, rechazaron el veto de Milei a la reforma previsional.

 

Se trata de uno de los sectores poblacionales más vulnerables, y a la vez el más desprestigiado a nivel nacional. Frente al atropello de sus derechos y dignidad, la lucha se transforma en el camino ineludible para hacer valer las conquistas. En ese sentido, en su día, los jubilados concentraron y reclamaron, principalmente pero no exclusivamente, por haberes dignos y una salud de calidad en Rosario. 

Con una movilización en la plaza 25 de Mayo, organizada por el Frente de Jubilados en Lucha (Frejel) y la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, filial Rosario, los adultos mayores hicieron oír sus demandas en la ciudad, entre ellas un sueldo que mínimamamente equipare la canasta básica, los recortes de medicamentos y un servicio de transporte gratuito. Además, rechazaron el veto de Milei a la reforma previsional.  

Una especie de Cabildo Abierto fue el que se vivió en ese escenario, donde al reclamo de los jubilados se acoplaron diversos gremios, agrupaciones de trabajadores, centros de estudiantes y asambleas barriales. Un acompañamiento a la altura para apoyar al rango etario más perjudicado en estos últimos tiempos, junto a las infancias. Todos unidos en una única voz para dejar en claro el mensaje.

Al respecto, plantearon que, mientras la Canasta Básica ya supera los $900.000, los jubilados perciben sueldos por debajo de la línea de pobreza, que apenas rozan los $300.000, lo que vuelve alarmante la situación al estar imposibilitados de satisfacer sus necesidades básicas. Las últimas actualizaciones lejos están recuperar lo perdido en años. Con $235.000 clavados y un bono de $70.000 fijo, la movilidad mensual, atrasada por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), lleva a una desvalorización de los haberes.

Esto se agrava además por los recortes de PAMI a los medicamentos gratuitos o con descuentos, hecho que coincide con un aumento desproporcionado en los precios de los remedios, lo que achica los valores que perciben a números de indigencia, debiendo elegir muchos si comer o comprar fármacos necesarios para el día a día. Una deshumanización sin precedentes. Un claro deterioro en la salud y calidad de vida.

A esto se suma también el pedido de acceso a un transporte público sin cargo, de manera de facilitar sus traslados para poder cubrir las exigencias mínimas para su supervivencia. Algo indispensable teniendo en cuenta el tema de la movilidad física.

Relacionado a esto, en diálogo con Conclusión, Carlos Abruzzo, integrante del Frejel, comentó que «no es un día de festejo, es un día de lucha, porque tenemos reflejado que festejar sería si tuviéramos un sueldo digno y pudiéramos manejar nuestro salario de otra manera, porque la canasta básica hoy en día está por encima de $900.000 y la mínima con el bono nos llega a $304.000″.

«En este momento nosotros estamos padeciendo todas las necesidades, porque el derecho en el cual nosotros estamos jubilados es un derecho que lo hemos logrado a través del trabajo. Fueron muchos años, muchos años de aportar, de sacrificio; este derecho de jubilarse es un derecho del trabajador, entonces queremos que se siga con este derecho, dignamente», añadió.

«Lo peor de todo lo que vemos es la represión que toman con los jubilados, son unos genocidas aquellos que actúan contra los jubilados. El derecho de salir a la calle a protestar es el de la propia democracia y no podemos recibir palos por reclamar nuestras cosas», apuntó en una clara crítica a la política de seguridad del protocolo ‘antipiquetes’ de Patricia Bullrich.

«La lucha sigue y hay una cuestión que nosotros decimos: gobierne quien gobierne, la jubilación se defiende», especificó como lema de campaña.

A su vez, a través de Conclusión, Juan Manuel Ísola, también miembro de Frejel, expuso: «Desde diciembre del año pasado, con los ajustes que se hicieron, una crisis que se autoprovoca el Gobierno actual para realmente bajar todo lo que sea salarios y jubilaciones, qué casualidad que a la par de esto aumentan los alimentos, los transportes, remedios, vestimenta, tarifazos que están ocurriendo ahora. Mientras hay salarios bajos, haberes de los trabajadoresbajos, con lo cual no hay ingreso a la caja previsional y el jubilado lógicamente se tiene que manejar también por parte de eso».

«Para compensar esa situación quisieron implementar un sistema de ajuste un reajuste por IPC, y esa no es la real. El real ajuste que necesitamos es que las jubilaciones nuestras tienen que ser el 82% del salario de un trabajador activo», planteó como demanda urgente.

«Lo que reclamamos son derechos ganados, derechos que las personas mayores, después de tantos años de aporte de trabajo, tienen toda su razón para estar disfrutándolo y se los quitan, se los roban. Es otro robo que le hacen a los trabajadores, que comienza de cuando uno es activo, que le van robando también en los aumentos que se van realizando, pero lo peor que podía ocurrir es lo que está pasando ahora, es decir, por un lado aumentan todas las cosas y por el otro lado los saberes están congelados, entonces es lógico que nos quejemos, que nos manifestemos», describió.

Además, hizo foco en la brutal represión que vienen sufriendo en inmediaciones del Congreso de la Nación cada vez que reclaman por sus derechos: «Nos pegan, nos tiran con gas lacrimógeno, llegan a hacer la crueldad de que a una niña de 10 años le tiraron gas pimienta, es decir, eso no es lo que tiene que ser un país. Un país tiene que respetar a toda su población y tratar de que esté mejor, de que haya trabajo, pero trabajo declarado, no como lo que hay ahora, que es un trabajo precarizado».

Por otra parte, también remarcó su postura contra el Gobierno de Santa Fe, el cual, en sintonía con el nacional, aplicó otro ajuste contra los trabajadores al formalizar la reforma previsional, también con represión de por medio. «Al Gobierno de Santa Fe le pedimos que defienda a la provincia, que pida los reclamos que les corresponden de todo lo que le debe Nación a Provincia y no que se la agarre con los trabajadores, que han aportado y están dentro de las cajas provinciales, que le están ahora aumentando los aportes, de los activos y de los jubilados».

«Le pedimos a todos los legisladores, le pedimos al gobernador y a los legisladores que fueron a disfrutar del asado presidencial, que no disfruten eso, porque lo que están haciendo es un daño tremendo al trabajador y a la clase jubilada. No hay que gozar que lo torturen a un jubilado que no puede llegar a comprar sus alimentos o no puede tener los medicamentos que necesita. No hay nada que festejar», concluyó a modo de pedido para la política en general.

 

 

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