La fotografía como herramienta de lucha y trasformación feminista
La Hoguera es el nombre del colectivo de mujeres fotógrafas que se agrupó para hacer de una imagen, mucho más que una foto, y de una cámara, una herramienta de transformación. Conclusión dialogó Con Paula Sarkissian integrante del mismo.
- Ciudad
- Jul 14, 2019
Por Gisela Gentile
Capturar una determinada imagen perdurará o no en el tiempo, será o no de relevancia, y tendrá determinada gama de colores y estructuras. Pero más allá de esos matices, pensemos en la composición de esa foto, en qué intentamos reflejar o que logramos comunicar con ella. Muchas personas pueden ser profesionales de la fotografía, lograr bonitas capturas, pero no todos podrán hacer de esa cámara una herramienta de transformación y lucha.
“La hoguera” es una muestra viva de lo que significa la militancia en la fotografía. Ellas forman parte de un colectivo de fotógrafas feministas que se conformó en el contexto de acompañar al activismo por la implementación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Conclusión dialogó con Paula Sarkissian, una de sus integrantes, para poder profundizar sobre este grupo de mujeres que hace pocos meses fue declarado de interés Municipal por el Concejo Municipal de nuestra ciudad.
“Todo esto surgió en el proceso de gestación y encuentro de la feria del 3 de junio (Ni Una Menos) del año pasado, pensando qué queríamos poner al público desde el espacio de articulación feminista. Se nos ocurrió primero una muestra de fotos, y allí decidimos convocar a distintas fotógrafas haciendo un llamado en facebook a aquellas mujeres que nos encontrábamos en cada marcha”, dijo Paula.
Una primera muestra que se llamó <Ni una muerte indiferente>, fue el puntal de un gran movimiento que se estaba gestando, “allí empezamos a exponer una primera selección de fotos del 3 junio y de esta manera la muestra de La Hoguera se fue constituyendo durante todo el año pasado”.
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Luego de la repercusión de dicha muestra, el colectivo comenzó a tener una orgánica propia; “comenzamos a proponernos diferentes objetivos hacia afuera, pensarnos no solo como activistas que sacan fotos, sino como fotógrafas que activamos a favor de la despenalización del aborto por ejemplo. Allí comienza y sigue hasta hoy una discusión de quienes somos, ya que la práctica política nos obliga a tomar algunas definiciones y posicionamientos, no solo en esa problemática, sino también frente a las políticas de ajuste y de derechos humanos. Los pilares del acuerdo indican que somos antipatriarcales, antineoliberalistas y anticapiltalistas, allí se condensan las ideas de toda la grupa”, enfatizó la militante feminista.
“Varias compañeras pasaron, la mayoría aún continúa ya que no hay mayores requerimientos más que formar parte del activismo político, y tomar la fotografía como un elemento de lucha. Tenemos un plantel más o menos estable, somos 12 o 13 chicas, ahora todas mujeres, ya que en su momento hubo una compañera intersex que ya no forma parte por tener otros objetivos, claramente somos no varones cis como condición”, sostuvo.
El colectivo está en un momento de resoluciones organizativas, “nos planteamos proyectos desde distintos planos, el que a mí más me convoca es aquel de llevar la fotografía a los barrios. Es un buen momento para que la fotografía deje de ser elitista, hoy está al alcance de muchos gracias a los teléfonos, y aparte es un lenguaje por el cual podemos comunicar muchísimo”, agregó Paula.
Como todas las expresiones culturales y artísticas sirven para autogestionarse, “la idea es sacar la fotografía del centro de la ciudad, del lugar intelectual, y que sirva para interpelar con este lenguaje, otros lenguajes, otras alternativas de poder y comunicación”.
Muchas son las iniciativas que subyacen en el cotidiano de este colectivo de mujeres que no deja de repensar las formas posibles de desarticular los mandatos impuestos. “Pensamos una campaña fotográfica que vincule el desastre que las políticas neoliberales están haciendo sobre les argentines, por eso estamos avanzando en constituir nuevas muestras”.
“Ni una muerte indiferente” fue el puntapié de “La Hoguera”, dicha muestra circuló muchísimo y tuvo una gran llegada, tal es así, que fue declarada de interés municipal por el Concejo Municipal Rosario. “Circuló por muchos espacios culturales hasta llegar al museo Gallardo y luego el Concejo de nuestra ciudad, de algún modo llegar a ese tipo de ámbitos, colocó al colectivo en otro lugar, más vinculado a lo intelectual si se quiere”.
Otro trabajo que conjuga mucho lo que este colectivo quiere expresar, es la exposición en el mercado popular “La toma”, “en lo particular que las fotos se mezclen con las verduras, me parece una metáfora hermosa, porque les da sentido perecedero a las mismas. Que las cosas se echen a perder con el tiempo al alcance del ojo del público, las hace estar vivas. El no tener la curaduría de un museo, o la falta de preservación, nos define como lo que somos, una práctica al desnudo”, remarcó la fotógrafa.
Para hondar aun más sobre los pilares de este grupo de mujeres fotógrafas, Paula agregó: “Nos definimos como la fotografía puesta en el lugar del fotoperiodismo, pero con una posición tomada, sin tener ningún tipo de asepsia, ni predicción, ni limitación por ninguna otra cosa”.
En torno a lo complejo que muchas veces se hace sostener este tipo de espacios, Sarkissian espetó: “Llevamos las muestras como si fueran pulseras en un manguero, y nos vamos con ella a recorrer. Muchas veces hacemos un peso para poder volver a imprimir y otras tantas veces no, atravesando así serios problemas económicos. Todo los que realizamos lo hacemos de manera autogestiva, es por ello que muchas veces no contamos con el dinero para volver a reimprimir una foto dañada”.
Si bien este colectivo nació hace poco tiempo, cuenta con una intensa actividad y está lejos de ser un ámbito cerrado, “la hoguera es un espacio para fotógrafes que convoca a mujeres y varones no cis a participar por la lucha de nuestros derechos y hacerlo de manera colectiva”, concluyó Paula Sarkissian.
Cuando la violencia se aplica para amedrentar
Deconstruir lo preestablecido, desobedecer las normas de una cultura patriarcal, acarrea que un sector de la población, intolerante a la conquista de derechos, y más aún si se trata de mujeres, se ponga muy nerviosa. Por ellos las que se organizan, las que quieren cambiar el rumbo muchas veces sufren actos de amedrentamiento.
Tales como el que padeció este colectivo el lunes 24 de junio cuando hackearon la cuenta de Instagram @lahoguera.ph, impidiendo su acceso, robando y vaciando el contenido audiovisual de la misma.
Ante semejante hecho, este colectivo se expresó al respecto con un comunicado. A continuación algunos fragmentos del mismo:
La Hoguera es un colectivo de fotógrafas feministas que milita, mediante el registro fotográfico principalmente, a favor de la lucha por la IVE y los derechos de las mujeres y disidencias sexuales, entre muchas otras causas, poniendo el ojo ahí donde buscamos la justicia.
Decenas de marchas, las jornadas históricas en el Congreso, muestras de fotos realizadas por el colectivo en distintos lugares, los martes verdes, el recorrido de lucha por el aborto legal, seguro y gratuito de la Campaña y de todas las organizaciones y partidos que participan del movimiento feminista de esta ciudad, los pañuelos, los rostros, los gritos de miles de mujeres y disidencias que tomaron las calles en el transcurso del último año, fueron silenciados, robados, violentados; protegidos por el anonimato y la impunidad, los “antiderechos” reaccionan con la violencia que les es característica interviniendo nuestra cuenta, violencia machista que se va agudizando acorde va avanzando y ganando espacio político la derecha conservadora y neoliberal.
Este intento de silenciarnos, de negar la memoria, es la respuesta al compromiso militante de este colectivo. ¡No van a callarnos!
Interpretamos este atentado como un hostigamiento y provocación, consecuencia de nuestro enorme trabajo que en las últimas semanas se vio enfocado en la producción de un audiovisual convocando a mujeres y disidencias que hayan sido agredidas en la vía pública por el hecho de llevar el pañuelo verde, con la idea de visibilizar y denunciar los métodos violentos de estos sectores antiderechos pro aborto clandestino.
Estos hechos reafirman nuestra lucha y convicción, no nos hacen bajar los brazos, no nos debilitan sino que nos hacen seguir con más fuerza todavía, con un renovado perfil de Instagram. Convocamos a todas las organizaciones políticas, sociales, partidarias, colectivos, espacios artísticos, culturales, militantes, y a todes en general a difundir esta denuncia reafirmando nuestro sentir más profundo: al patriarcado lo vamos a tirar, el aborto va a ser ley y el feminismo va a vencer, siempre.