MARTES, 26 DE NOV

La parroquia María Auxiliadora volvió a la atención solidaria de personas en situación de calle

Desde los primeros días de marzo, los voluntarios que trabajan en la parroquia se trasladaron a la casa que pertenece a la comunidad salesiana, donde funciona también la sede de Caritas y la farmacia de la institución social, ubicada en calle Tucumán en el centro rosarino.

 

En épocas de pandemia y, fundamentalmente, cuando llega el frío, es necesario que la sociedad en su conjunto tome conciencia de las necesidades que tienen aquellas personas que, lamentablemente, se encuentran viviendo en situación de calle y tomar acción para salvaguardar la integridad de los mismos.

Es por esto que existen varias organizaciones que prestan un servicio social y solidario, frente a las diferentes realidades que atraviesa a la comunidad. Una de las más urgentes: el acceso a la alimentación.

Una de estas organizaciones es la que se formó en la parroquia María Auxiliadora, donde un grupo de jóvenes trabajan de manera voluntaria y diariamente, siguiendo a cabalidad los valores cristianos explicitados en el evangelio de Jesucristo.

Conclusión visitó la casa ubicada en calle Tucumán, en pleno microcentro rosarino, donde todos los días prestan servicio y atención a las más de 200 personas que se acercan a recibir el desayuno, la merienda y la vianda nocturna.

Gaspar Oglietti, responsable de la coordinación de esta actividad solidaria y más que necesaria, contó que retomaron «la apertura de la casa el 8 de marzo» y mencionó que el lugar donde llevan adelante las actividades, «pertenece a la comunidad salesiana, a la Parroquia María Auxiliadora y hace muchos años que funcionan Caritas y la farmacia».

Oglietti mencionó que desde la casa, se entrega diariamente «el desayuno, la merienda y también una vianda de cena para, alrededor, de 200 personas por día».

El referente del lugar mencionó que «la gente empezó a conocer la casa en época de pandemia, luego estuvo cerrado un tiempo, y se volvió a reabrir, y para la segunda semana de marzo ya se había corrido la bolilla y la gente comenzó a venir de vuelta. Y hoy es cada vez más la gente que se está acercando y que viene. Nosotros tratamos de brindar un espacio para todas estas personas».

Para los voluntarios que trabajan en esta actividad «es importante un alimento, un calzado, una ropa», pero también apuntan a «la integralidad de las personas, acompañar y crear un espacio lindo y de respeto».

El joven apuntó que el objetivo de dicha acción es «trabajar en red y empezar a articular con Municipalidad, con Provincia, con Nación y también hay otras parroquias, como la parroquia de Lourdes que viene haciendo un trabajo muy similar al que venimos haciendo nosotros. También, la comunidad de Padre Misericordioso. Nosotros queremos sumar a esta propuesta. Querer abarcar esto solos es imposible, por eso entre todos debemos enfrentar esta problemática».

Oglietti se refirió a los valores que los movilizan como grupo de trabajo, para sostener a diario la ardua tarea de ayudar a aquellos que lo necesitan y hacerlo cada día mejor.

«La identidad de la casa es totalmente cristiana. Hacemos acción social pero basada en los valores del evangelio. El evangelio que nos guía es Mateo 25, que es cuando Jesús dice tuve hambre y me dieron de comer, estuve desnudo y me vistieron y los discípulos le preguntan cuándo lo hicimos si nunca te vimos así y Jesús les responde que cada vez que los hicieron con los más pobres lo hicieron conmigo», apuntó el responsable de esta actividad.

Y remarcó: «Convencidos de esto, tratamos de brindar este servicio que no es más que una misión evangélica que nos pidió Jesús».

 

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