Por Paulo Viglierchio

Se dice como una verdad de perogrullo pero no por eso deja de tener peso para explicar varias problemáticas nacionales: Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires, por lo menos en lo que a servicios públicos se refiere. Como siempre, el interior del país vuelve a quedar relegado en las consideraciones de los presidentes; esto se potencia con la gestión de La Libertad Avanza pero viene siendo un conflicto de larga data, histórico en las discusiones políticas.

Argentina, por más teoría que pretenda imponerse desde Capital Federal, en la práctica sigue siendo una nación unitaria. Así lo reflejan los datos de un informe presentado por la concejala por el Partido Socialista (PS), Verónica Irizar, sobre la evidente inequidad en el financiamiento del transporte público en Argentina. La funcionaria hizo hincapié en los efectos en Rosario de la quita de subsidios por parte de Nación y como ello repercutió en el precio actual del boleto de colectivo. 

En ese sentido, el eje del relevamiento estuvo centrado en la evolución de la distribución de los subsidios al Transporte Urbano de Pasajeros (TUP), beneficios por descuentos a usuarios del TUP y la evolución del precio del boleto del TUP en Rosario.

Respecto al primer punto, el informe establece que, en una primera instancia, la distribución de subsidios garantizaba una asignación equitativa entre las diversas jurisdicciones. Sin embargo, esto no se mantuvo. Se indicó que el Estado, para salvaguardar precios de boletos accesibles para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), estableció un régimen de compensaciones adicionales al SISTAU, que permitió a las empresas cubrir el déficit entre lo que pagaban los usuarios y los verdaderos costos de sostener la prestación. Los recursos con los cuales se se sostenían estas nuevas compensaciones al AMBA provenían del Tesoro Nacional.

El texto insiste que esto fue el puntapié inicial de una política que estableció una inequidad muy marcada entre los habitantes de una y otra parte del país, que se sostuvo durante dos décadas, profundizándose desde 2019 hasta el extremo actual en que el interior no percibe más subsidios. 

Otro acontecimiento clave en esta desigualdad que se remarca es la creación del Fondo de Compensación al Transporte Público de Pasajeros por Automotor Urbano del Interior del País, originado con el objeto de compensar los posibles desequilibrios financieros que pudieran suscitarse a raíz de las modificaciones por la aplicación de esta nueva norma, una medida que generó mayor carga para las provincias y benefició ampliamente al AMBA y CABA, permitiendo sostener una tarifa accesible para los usuarios del sistema, profundizando la brecha.

Como consecuencia de esta inequidad, la pandemia golpeó fuerte también, en especial en Rosario, cuya estructura de costos era sostenida en un 55% por la tarifa que pagaba el pasajero. En el periodo 2019-2023, el AMBA recibió en promedio un 87% de los subsidios, dejando solo el 13% para el resto del país. En la actualidad, con las medidas anunciadas por el gobierno de Javier Milei destinadas a reducir significativamente los subsidios estatales, la situación empeoró: las provincias y municipios asumen una mayor responsabilidad en el financiamiento del transporte público pero sin un correlato en los recursos que el Estado debería coparticipar. Panorama desolador encima con la eliminación del Fondo Compensador.

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Respecto a la evolución en la distribución de subsidios, se detalló que entre 2002 y 2028 la diferencia era de 70% para CABA y AMBA y de 30% para el interior, entre 2019 y 2023, esa diferencia se amplió a 87% para CABA y AMBA y 13% para el interior, llegando al un presente, post recorte de Milei, con un 100% de repartija para CABA y AMBA y un rotundo 0% para el resto del país, continuando con una injusticia histórica.

En torno a los beneficios por descuentos a usuarios, el informe subraya que, en el primer trimestre del año, en comparación con el mismo periodo del 2023, los aportes a Buenos Aires se incrementaron un 928%, mientras que en el interior el aumento fue solamente de un 255%, hecho que representa una brutal transferencia de recursos del resto del país a Buenos Aires, una herida de muerte al transporte urbano de Rosario.  

En relación a la evolución del precio del boleto del TUP en Rosario, el documento muestra que, lógicamente, la discriminación sostenida de los subsidios repercutió en los bolsillos rosarinos. La reducción de subsidios, la eliminación del Fondo Compensador, la inequidad en los beneficios de la tarjeta SUBE y la gran desigualdad en la redistribución de los recursos provenientes de los impuestos a los combustibles líquidos llevaron a que los ciudadanos hoy paguen muy caro un boleto que en AMBA y CABA sale tres veces menos dependiendo el medio de transporte.

El aumento del valor del boleto pasó de estar $32.50 en 2019 a $940 en junio de este año, lo que significa un aumento de 2792,31%, mientras que en CABA, en el mismo periodo, el incremento fue de 1403,90%, con un boleto de $300,78. Realidad cotidiana que afecta considerablemente a los rosarinos.

«Una ciudad como la nuestra, que tendría que estar pensando esquemas distintos de movilidad, inclusive integrando el Área Metropolitana, no se sostiene, no hay manera de sostenerla. Habría que trabajar fuertemente con una mirada de no darse por vencidos, que te quitaron el subsidio y te lo quitaron. En eso hace falta meter más presión», sostuvo Irizar, en diálogo con Conclusión.

«Es una historia de Rosario el haber sostenido el transporte, una decisión política. la pata que te falta es la nacional, discutamos eso», añadió.

«Si no sostenés el sistema de transporte, no hay manera. No es que hoy se vea que esté tan golpeado como estuvo durante la pandemia, pero necesitás mejorar la cantidad de pasajeros. Para eso necesitas mejorar la oferta en algún punto», expresó sobre el objetivo general para recuperar usuarios al TUP.

«Hay que retomar la senda de planificar la movilidad, generar incentivos mayores para que la gente vuelva a subirse al sistema de transporte, que prefiera tomarse un bondi que ir con su auto a hacer algo», agregó.