Los rosarinos vivieron con expectativa la llegada del presidente: algunos contentos, otros no tanto

El presidente llegó a la ciudad para participar de un nuevo aniversario de la Bolsa de Comercio. Decenas de personas lo esperaron durante horas, algunos a favor y otros en contra.

 

La llegada de Javier Milei a Rosario para participar de un nuevo aniversario de la Bolsa de Comercio despertó amores y odios. Vecinos de la ciudad se acercaron al lugar desde varias horas antes con la esperanza de poder ver al jefe de Estado, algunos para brindarle su apoyo, otros para expresar su repudio.

Además, organizaciones sociales, gremiales y políticas realizaron una manifestación en rechazo de la presencia del mandatario en la ciudad.

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Un importante operativo de seguridad rodeó la manzana de la institución que celebraba sus 40 años. Decenas de gendarmes aseguraron el perímetro en la previa y se colocaron vallas que impedían el tránsito peatonal a una cuadra de distancia.

Desde unas horas antes, rosarinos se acodaron en las vallas para intentar observar de cerca al presidente. Algunos para expresar el apoyo a su gestión y otros para mostrar su descontento.

“Hay que darle tiempo” consideró una jubilada, mientras que una joven contó que en su cuadra “hay cuatro personas viviendo en la calle”. “No podemos ni alquilar”, se quejó otra joven, al tiempo que una mujer señaló que apoya al presidente y que “todos debemos sacar al país adelante”.

Por su parte, la denominada Multisectorial en Defensa del Pueblo Argentino marchó bajo el lema «Fuera Milei». Casi un centenar de organizaciones políticas, sociales y de Derechos Humanos se concentraron a las 17 en la plaza Sarmiento (Corrientes y San Luis) para luego movilizarse hacia la Bolsa de Comercio, pero pudieron llegar a una cuadra del lugar.

Amenaza de bomba

Durante las primeras horas de la tarde se registró una amenaza de bomba vía telefónica contra el edificio de la Bolsa de Comercio y otra en el Aeropuerto Islas Malvinas.

A tres horas del arribo del mandatario nacional a la ciudad, todo comenzó con un llamado al 911. Se activaron los protocolos con la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Brigada de Explosivos de la Policía de Santa Fe. Ambas instalaciones fueron desalojadas. Sin embargo, nunca estuvo en duda la presencia del presidente en la ciudad.

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