Otra vez robo y vandalismo en escuela de zona noroeste: quedó a oscuras y debió suspender las clases

La escuela Nº 1.095 “Luis Chorroarin”, ubicada en inmediaciones de Junín y México, nuevamente fue blanco de los ladrones. Esta vez, le robaron la bajada de luz, lo que la dejó a oscuras y sin agua potable, lo que impide, además, que se pueda cocinar para darle de comer a los chicos. Días atrás fue noticia porque buscan construir un muro de protección para evitar que les sigan robando casi a diario.

 

La escuela Nº 1.095 “Luis Chorroarin”, ubicada en Junín y México, en el noroeste rosarino, sufrió un nuevo robo durante la madrugada del domingo: esta vez se llevaron los cables de la luz, dejando al establecimiento completamente a oscuras. La falta de energía eléctrica no solo dejó a los salones en penumbras, sino que también interrumpió el suministro de agua potable, por lo que las clases quedaron suspendidas hasta nuevo aviso.

En diálogo con los medios, entre ellos Conclusión, la vicedirectora Gabriela Fernández detalló: “Este domingo a las 5.50 nos dan la alerta de la alarma por corte de luz. Las cámaras no se veían, pero las barreras funcionaban con normalidad, es decir que no habían ingresado a la escuela. Como la energía no volvía, nos acercamos al establecimiento y nos encontramos con que habían arrancado la bajada de luz, toda la trifásica, desde la columna, a unos tres metros de altura”.

 

La docente precisó que para realizar este acto de vandalismo “sacaron el alambre de púa y el caño por donde pasan los cables hasta el pilar”, y denunció: “Nos arrancaron toda la instalación eléctrica de bajada. Los salones están muy oscuros para dar clases. Tampoco tenemos agua, no puede funcionar el comedor, no se puede garantizar un plato caliente a los chicos, que sí van a tener una vianda fría, que no es lo mismo, pero algo de comer se les va a dar”.

Actualmente, la escuela se encuentra con las clases interrumpidas y a la espera de que personal de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) se haga presente en el establecimiento para reparar los cables.

“Ya no sabemos qué más hacer, tenemos alarma, cámara, barreras, sensores, levantamos un muro. Pedimos a alguien dentro de la escuela, una custodia desde las 20 a las 6”, dijo Fernández.

En lo que va del año, la escuela ya sufrió varios robos: a inicios de mayo, entraron durante tres noches seguidas y, en una de estas oportunidades, se llevaron instalaciones de aires acondicionados que ya habían sido sustraídas meses atrás.

“El año pasado nos habían robado las instalaciones y los kits de los aires acondicionados. La comunidad educativa, con mucho sacrificio, pudo juntar el dinero para volver a colocarlos, pero tuvimos que parar porque entraron tres noches seguidas”, lamentó la vicedirectora.

 

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