MARTES, 26 DE NOV

Rosario sin secretos: un hotel que se auto percibía galería

Un día como hoy, hace 142 años, la empresa Siemens ensayaba con éxito una primera comunicación telefónica entre el Club Social y el Hotel La Universal. La efeméride será sólo un pretexto para subirnos al DeLorean y aterrizar en un fascinante pasaje, el Pan, que nos refresca la memoria. ¡Pronto, ¿chi parla?!

 

Ahora que está tan en boga el tema de la auto percepción y la cuestión de género ofrece “tanta tela para cortar”, nos permitimos jugar con las palabras y hacer revisionismo en nuestra amada urbe. Así, nos sumergimos en un fascinante viaje al pasado recorriendo algo de geografía, literatura y turismo sin secretos, para convertirnos en una ciudad verdaderamente anfitriona del saber y compartir.

Por qué Camilo Aldao se empeñó en imponer a su arrendatario el nombre “La Universal” al hotel  de Córdoba al 900 (la primera construcción de tres pisos en la historia de Rosario), es un misterio que ni siquiera su hija, Elvira, ni su sobrina, Carlota Garrido, nos lo pudieron develar en ninguno de sus libros.

Probablemente sea el antecedente más antiguo de los shopping en nuestra ciudad, pues allí, en la planta baja y a sus costados, se instalaron los más coquetos comercios de la época en 1871, especialmente para los dandys de entonces: una sombrerería que le puso galera, lencería fina, corbatas y guantes a tres generaciones de elegantes caballeros, y expendió los mejores perfumes importados de Francia que hicieran suspirar a más de una señorita de la sociedad, muchas de ellas, abuelas o bisabuelas de nuestros lectores.

Elvira dijo de su padre, Camilo, y no porque sea su padre, algo que hoy casi podría ser motivo de envidia para nuestra democracia: “Concluido su mandato como diputado, mi padre realizó un viaje a las provincias del interior. Profundamente patriota, creía en la responsabilidad grave de un cargo público que en esa época se conceptuaba como un honor discernido a un ciudadano para que con sus luces cooperara al bien general; jamás como medio de lucro ni menos de conquistar una figuración política con miras a otras posiciones ulteriores”.

Volvamos al tema para democratizar el conocimiento y honremos aquí también a su prima, Carlota Garrido de la Peña, la primera periodista rosarina, quien a su vez nos habla del solar más florido de sus ancestros, allí mismo donde hoy se levanta el pasaje Pan que, igual que aquellos que nos precedieron, utilizamos para abreviar camino desde Córdoba a Santa Fe.

En su libro Mis Recuerdos, hace Carlota una crónica imperdible de sus reminiscencias, citando apellidos que forjaron nuestra historia, Lejarza, Esquivel,  Correa, Benegas, Grandoli, Nicolorich… Sí, justo de los frutos de estas dos últimas ramas escribimos antes de ayer en el Día del Abanderado, recordando Curupaytí!

Hoy, 24 de septiembre, la historia nos enlaza con la Virgen de la Merced y la gloriosa batalla de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, en Tucumán, ¡el mismo año que nos convirtió en Cuna de la Bandera! Vertiginoso viaje, ¿verdad?

 

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