La Sala de Pediatría del Centenario, donde se respira amor
El director del Hospital, Adrián Rascón, conversó con Conclusión para contar cómo funciona la “sala 3” del efector que hoy tiene una cálida decoración que hace del lugar de espera un sitio muy agradable.
- Ciudad
- Feb 11, 2016
Por Marina Vidal
Bajar a la sala 3 del Hospital Centenario es darle un respiro a la vista. El paisaje se vuelve agradable en la Sala de Pediatría donde los pasillos están pintados y decorados con simpáticos dibujos de colores.
“La Sala de Pediatría abarca lo que es la sala 3 dentro del hospital. Sus pabellones están reciclados, cuenta con 22 camas y habitaciones que alojan dos o tres chiquitos cada una. Todas han sido recicladas y pintadas con dibujos artísticos”, comenzó relatando a Conclusión el director del hospital, Adrián Rascón.
El profesional destacó que apuntaron a que se transforme en una sala confortable y que brinde atención tanto a los niños como a sus familiares: “Sobre todo en oncología pediátrica, cuyas habitaciones cumplen con las condiciones de aislamiento y confort”.
Uno de los servicios que destaca Rascón es la escuela hospitalaria. “Se trata de un espacio que creamos para que las docentes puedan trabajar con los chicos individualmente. Se da clases a todo chico que está en edad de escolarizarse y por cuestiones de la enfermedad hayan tenido que abandonar la escuela”, comentó Rascón.
Además, el director manifestó que lograron cubrir una necesidad importante cuando instalaron una dependencia del registro civil dentro del hospital. Esto permitió que todos los recién nacidos “se vayan del hospital con su documento de identidad”.
“Un tema muy importante es la importancia que se le da a la cultura dentro del hospital. Hay que pensar que en el cuidado de la salud no solamente está en antibiótico sino que es muy importante el goce del paciente. Por lo cual llamamos una persona de cultura para que reformule el hospital con fines culturales. Así se organizaron diversas tareas como espectáculos culturales en los patios del hospital, ideamos salas de espera activas con bibliotecas ambulantes, juegos, decoración en las salas con dibujos, televisores, entre otras cosas”, describió Rascón.
Hay un caudal de 140 consultas diarias en las guardias externas entre adultos y niños
«El giro cama es permanente»
«El giro cama (NdR: rotación de pacientes) es permanente en las 22 camas más las cuatro de onco-hematología. Recibimos niños de distintos centros de salud de la ciudad y de la provincia con patologías de baja-media y alta complejidad. El 70 por ciento de los chicos que ingresan por guardia externa o derivaciones quedan internados”, describió el director.
Y agregó: “Las patologías más frecuentes se dividen en dos, de acuerdo a la época del año. En invierno predominan las patologías respiratorias y en verano cuando disminuye lo respiratorio predominan las gastroenteritis, diarreas, vómitos, y accidentes domésticos”
Un cambio positivo
Una de las cosas que más costaron en el hospital es organizar para lograr que no haya colas a las dos de la mañana para sacar turnos. “Y lo logramos”, contó el profesional.
“Costó educar a la gente y a los trabajadores. Una persona no puede correr riesgo de venir a las dos de la mañana en invierno con frío o mojarse. Entonces se estableció una lógica por territorio. Es decir, la zona comprendida entre el río, avenida Francia, Oroño y Pellegrini accede a un turno por el profesional que solicite del primer nivel. Todas las personas que estén fuera de ese territorio, tienen que tener un médico de cabecera en los centros de salud o en hospitales de menor complejidad y ante la necesidad de una interconsulta de especialista o alguna patología de mayor complejidad, desde el centro de salud, solicitan los turnos vía mail o teléfono. Buscamos que el paciente no deambule por los pasillos ni buscando turnos de distintas especialidades”, describió Rascón.
Respecto al ingreso al hospital de menores que son culpables de un delito, el director aclaró que se actúa de la misma forma que cualquier otro paciente. “Si están detenidos, los fiscales nos piden un lugar de mayor control y están acompañados de policías. Las condiciones son las mismas nada más que se tienen en cuenta las normas de seguridad que la Justicia requiere”, aclaró.
“La prioridad para este año es mejorar al ciento por ciento la maternidad del hospital. Así como está no podemos seguir, es un área que debe estar mejor”
La tarea de las médicas residentes
Conclusión conversó con la jefa de residentes de pediatría, Cecilia Fernández; Abi Blanco, residente de segundo año, y Galia Tabacman, para que cuenten su perspectiva del trabajo con niños.
“Lo más difícil de trabajar con niños es el trato con los padres. Sabemos que no es fácil tener a tu hijo enfermo pero a nosotros se nos hace difícil, muchas veces, lograr que nos entiendan. Nosotros tratamos llegar al papá y tener una buena relación para lograr que estén tranquilos ellos, el paciente y nosotros. Es la base de todo pediatra. Sin embargo hay padres que adhieren y padres que no. Además depende del tiempo que está acá, si tiene alguna enfermedad crónica pasan mucho tiempo y compartimos varias horas, por lo cual la relación generalmente es buena”, cuentan las profesionales.
En la mayoría de los casos se topan con realidades sociales que van más allá de la salud del paciente. Al respecto, Abi agregó: “En la pediatría, uno de los criterios de internación del paciente es el medio social; si el paciente no tiene un medio social continente, es probable que quede en el hospital hasta tanto podamos evaluar la situación.
“Elegí esta profesión porque disfruto de atender pacientes pediátricos. Si bien la vida del médico es sacrificada por los horarios, las guardias, el cansancio, lo disfruto mucho”, comentó Cecilia, a lo que Abi agregó: “En mi caso, trabajar con chicos me moviliza, es algo que me produce ganas de trabajar. Me gusta el trabajo en conjunto con los padres, la familia.
«En ellos veo un impulso a tratar de ayudarlos a formar su infancia”
Para cerrar, las médicas contaron que todo el progreso y el crecimiento de la sala fue por el trabajo en conjunto del equipo que la conforma. “El equipo que trabaje adentro de la sala es fundamental para todo el servicio. Cuando ingresamos esta sala estaba destruida. Este grupo decidió que no quería trabajar así y se empezó de a poco a cambiarlo, empezamos por el office de pediatría y seguimos por la sala. En la recuperación del paciente lo emocional es fundamental y nosotros ayudamos progresar en ese aspecto”.