Francisco pidió rezar por las víctimas de todas las guerras
El Sumo Pontífice rememoró el aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945), las dos ciudades japonesas que visitó en noviembre de 2019 con motivo de su viaje apostólico al país.
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- Ago 11, 2024
El papa Francisco pidió este domingo rezar «por las víctimas de todas las guerras» y recordó a los 62 fallecidos del accidente aéreo de Brasil.
El Sumo Pontífice rememoró el aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945), las dos ciudades japonesas que visitó en noviembre de 2019 con motivo de su viaje apostólico al país.
Francisco recordó a los cerca de 220.000 fallecidos en aquella ocasión y para las víctimas de la actual «tercera guerra mundial» que se libra en distintos lugares del mundo.
«Mientras seguimos encomendando al Señor las víctimas de aquellos acontecimientos y de todas las guerras, renovamos nuestra intensa oración por la paz, especialmente por los mártires de Ucrania, Oriente Medio, Palestina, Israel, en Sudán y en Myanmar», afirmó el Papa, al término del rezo del Ángelus, ante los fieles congregados en la plaza de San Pedro.
Además, alertó sobre «los esquemas rígidos» y de «los prejuicios» que bloquean la fe. «Están bloqueados en su fe por el preconcepto sobre sus orígenes humildes y también bloqueados por la presunción de que no tienen nada que aprender de él. Los preconceptos y la presunción, hacen tanto mal. Impiden un diálogo sincero, un acercamiento entre hermanos», remarcó.
Asimismo, añadió: «Tienen sus esquemas rígidos y no hay lugar en sus corazones para lo que no encaja en ellos, para lo que no pueden catalogar y archivar en las estanterías polvorientas de sus certezas».
Destacó que estas personas «cumplen la ley, dan limosnas, respetan los ayunos y los tiempos de la oración».
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Sin embargo, esto se produce, según el Sumo Pontífice, «porque realizan sus prácticas religiosas no tanto para escuchar al Señor, sino más bien para encontrar en estas una confirmación a lo que ellos ya piensan».
«Puede suceder que en lugar de escuchar realmente lo que el Señor tiene que decirnos, busquemos en él y en los demás solo una confirmación de lo que pensamos nosotros, de nuestras convenciones, de nuestros juicios, que son prejuicios», indicó, al tiempo que afirmó que «la fe y la oración verdaderas abren la mente y el corazón, no los cierran».