MIéRCOLES, 20 DE NOV

Las predicciones de The Economist para 2021: del Covid-19 a la transición hacia el Transhumanismo

La revista The Economist, una de las predilectas del poder financiero y propiedad de las históricas familias Rothschild y Agnelli, acostumbra a anunciar sus previsiones para el año por venir.

 

La revista The Economist, una de las predilectas del poder financiero y propiedad de las históricas familias Rothschild y Agnelli, acostumbra a anunciar sus previsiones para el año por venir. A través de crípticas tapas, cargadas de simbolismos, dignos de interpretaciones cabalísticas, The Economist muestra también, en forma de predicciones, algunos de los anhelos y proyectos del propio poder financiero elitista que representa.

A lo largo de los años ha dejado incluso inquietantes tapas prediciendo eventos de índole política, social, científica y económica.

En sus proyecciones para el año 2021, The Economist muestra el mundo insertado en un gran casino global. Plagado de incertidumbre, como la de una máquina tragamonedas, nos ofrece también distintos posibles casilleros con los elementos más importantes de lo que podría ocurrir.

Veamos la tapa y analicemos luego sus principales elementos:

1- El gran tragamonedas mundial. Usa “estímulo fiscales” para mover su maquinaria. ¿De dónde vienen estos fondos? En una economía en quiebra, como la actual, son los bancos centrales quienes deciden, a través de la fijación de tasas de interés y el “Quantitative Easing” cuánto dinero estará disponible en la economía, a quiénes salvarán y a quiénes no, una herramienta que por un lado permite funcionar a la especulación financiera, pero por otro también puede significar un futuro riesgo de inflación o devaluación de las monedas, si las mismas no tienen una contraparte de valor en la producción real.

Una de las grandes disputas de los grupos de poder detrás de Trump vs. Biden fue de hecho el control de la institución encargada de la emisión mundial de divisas, la Reserva Federal. Con la quiebra masiva de la economía, ¿quiénes serán rescatados, los grandes bancos de Wall Street o el capital productivo? En cualquier caso, el grado de endeudamiento de EEUU y de gran parte del mundo es absolutamente récord.

2- La palanca. Da inicio al mecanismo y tiene en su extremo un globo terráqueo, que muestra cómo desde las élites financieras se concibe parasitariamente al mundo y a la economía real: un recurso a parasitar por parte del sistema bancario de dinero fraccionario y que permite iniciar todo el mecanismo de dinero especulativo, mercados de bonos de deuda, derivados, etc., que representa incontables veces el PBI real de los países. El valor generado por el trabajo de miles de millones de personas en todo el mundo termina finalmente, vía los distintos sistemas de crédito y endeudamiento en las manos de muy pocos megafondos financieros, como BlackRock, Vanguard Group y otros, a su vez controlados por las grandes dinastías financieras que conforman la élite planetaria.

3- Las 4 columnas. Inician y terminan con una imagen de un coronavirus. Lo que muestra que todo el 2021 estará enmarcado por el Covid-19, de inicio a fin. Todo lo que ocurra en el medio tendrá este contexto inevitable que servirá para justificar las distintas medidas que se requieran, tanto para controlar y vigilar a la población como para “resetear” la economía global, tal y como lo viene proponiendo el Foro Económico Mundial.

4- La vacuna. Dentro de este contexto la primera columna nos muestra una vacuna, saliendo por la mitad su contenido. Una forma de mostrar que será el año de vacunaciones masivas a millones de personas en todo el mundo, pero no todos terminarán siendo vacunados. El propio Bill Gates, principal financista de la OMS y uno de los principales lobbistas globales de la vacunación ha estimado que recién en 2022 le darán fin a toda esta cuestión ya que la vacunación durará varios años. Otro elemento a considerar será el grado de obligatoriedad o no de la misma, lo que en principio parece depender de cada país, pero es sabido que irá siendo exigible de distintas formas, como requisito para los desplazamientos, renovación de documentación oficial de las personas, etc.

5- Emoticón chino con barbijo. Más allá de las vacunaciones los poderes globales mantendrán buena parte de las restricciones sobre la población que se fueron desarrollando a partir del Covid-19, siguiendo el ejemplo de China.

6- Joe Biden como figura fija/inamovible. Quizá la más importante en este esquema, ya que se encuentra en el centro y sin movimiento. The Economist, al igual que todas las cadenas globales de medios, ya mostró en varias ediciones anteriores su total predilección por Biden y no considera ninguna posibilidad de que no sea el próximo presidente. Es SU candidato y nada ni nadie lo podrá sacar de allí.

7- Bandera norteamericana partida. Siguiendo a la imagen de Biden aparece una bandera norteamericana partida al medio: si Trump insiste en permanecer en la presidencia aduciendo que hubo fraude y si la Corte Suprema terminara dándole la razón, a The Economist poco le interesa, el resultado será una inevitable guerra civil.

8- Arma nuclear. Por si todo esto fuera poco, The Economist se da el lujo de directamente amenazar, en la misma columna relativa a la presidencia de EEUU con una imagen de una bomba atómica. Muchos analistas sostienen que el asesinato del general iraní Qasem Soleimani fue de hecho un intento del Deep State de iniciar una conflagración bélica a gran escala. Es sabido que Biden ha tenido a lo largo de su extensa historia política como senador aceitados lazos con el Complejo Industrial Militar. Este sector, tras 4 años de no encarar una guerra como las que venía desarrollando en Medio Oriente bajo los gobiernos de George Bush y Barack Obama, buscará restablecer su statuo quo belicista, regresando, de la mano de Biden al concepto de “guerra eterna”. ¿Podrá incluir esto elementos nucleares? La Guerra Fría demostró que las élites no están dispuestas a un enfrentamiento de ese tipo por la “destrucción mutua asegurada”, sin embargo, las nuevas armas nucleares tácticas podrían cambiar esa situación.

9- Pedrodólar pasando, energía eólica y China. Biden ha afirmado que dejará de lado el shale oil y el shale gas y que se sumará a la apuesta globalista por enormes plantas de “energías renovables”. Esta transición tecnológica con respecto a la energía traerá aparejado grandes cambios a nivel mundial. Perderán peso específico Arabia Saudita y países de Medio Oriente. Significará también un fuerte golpe a Rusia, uno de cuyos fuertes es precisamente el control estratégico de la energía de buena parte de Europa. Libera a China de buena parte de su dependencia energética y quita sustento al petrodólar, dejando la vía libre para su reemplazo por criptomonedas blockchain controladas por los bancos centrales.

10- Cambio Climático y Great Reset. La apuesta de The Economist a partir de 2021 es la misma que la del Foro Económico Mundial, un Gran Reseteo de la economía global, con base en el ecologismo radical, fin de la industria como la conocemos, despoblamiento y transición hacia un nuevo paradigma tecnológico basado en robótica e Inteligencia Artificial. La élite detrás de unos y otros es la misma. En el Foro de Davos ha sido el propio príncipe Carlos de Gran Bretaña quien viene proponiendo este “Gran Reseteo”, una forma de acelerar la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

11- Logo de Zoom: Virtualidad y Transhumanismo. Como hemos dicho, el Covid-19 ha sido en buena parte la puerta de entrada a la transición hacia un nuevo paradigma tecnológico a nivel global, que durará varios años para instalarse en su plenitud y que implicará en buena medida un cambio civilizatorios, una “nueva normalidad” radicalizada, donde los lazos humanos serán virtualizados y el ser humano comenzará su transición hacia lo que analistas como Yuval Harari ya han denominado el Homo Deus. La tan mentada “deconstrucción” de los patrones antropológicos que tanto se promociona desde todos los grandes medios es solo un primer paso para el Transhumanismo, con un ser transhumano ya despojado de sus apegos culturales, tradicionales, religiosos, nacionales, sexuales y aún de su propia corporalidad biológica. Los adelantos de corporaciones como las de Elon Musk ya han avanzado hacia la progresiva fusión entre el cerebro humano y la Inteligencia Artificial.

Para seguir analizando todas estas previsiones de The Economist te invitamos a ver nuestra edición especial de KontraAgenda sobre el tema:

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