El autor de la «picada mortal» fue imputado por homicidio simple con dolo eventual

El joven que chocó y mató a un padre y su hijo fue imputado este lunes por homicidio simple con dolo eventual, que prevé una pena de 8 a 25 años. Germán S., de 36 años, está acusado por haber provocado el siniestro vial en el que murieron David Pizzorno de 43 años y su pequeño hijo, Valentín, de 8.

Los fiscales de la Unidad de Homicidios Culposos, Valeria Piazza Iglesias y Walter Jurado le atribuyeron el hecho ocurrido el día 20 de marzo de 2020 aproximadamente a las 0.05, en el que el imputado circulaba a gran velocidad al mando de un vehículo Renault Sandero por calle Avenida del Rosario sentido este-oeste aproximadamente a 132 km/h, realizando pruebas de velocidad junto a P.M (ya imputado) y al llegar a la intersección con calle Ayacucho y con el semáforo en intermitente rojo, impactó contra un vehículo Citroen C3 causando el fallecimiento de las dos víctimas.

El juez de Primera Instancia Facundo Becerra tuvo por formalizada audiencia imputativa dictando la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.

Por el crimen también se encuentra imputado y con prisión preventiva otro joven que conducía un vehículo a toda velocidad, y que de acuerdo a la hipótesis de Fiscalía, habría estado corriendo una picada con Germán S., lo que provocó el trágico choque.

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Recién este lunes se pudo realizar la audiencia imputativa, ya que Germán S. se encontraba con un complejo cuadro de salud. Fue el viernes pasado cuando una Junta Médica le dio el alta, lo que posibilitó la audiencia.

Germán S. estuvo internado durante más de dos semanas por graves lesiones provocadas por el siniestro, tras esto se le dio el alta hospitalaria y permaneció unas dos semanas en su domicilio en calidad de aprehendido bajo vigilancia policial. Hasta que este lunes fue imputado con prisión preventiva.

Con respecto a la prisión preventiva, la fiscal Piazza Iglesias manifestó que «con buena consideración el juez dijo que si tenía alta hospitalaria estando en la casa, bien podría hacerlo intra muros». “Esas lesiones fueron evolucionando, quedaron algunas pero no impiden que esté en el sistema carcelario con el debido control”, completó.

Por su parte, Jurado contó parte de la declaración del imputado: “Él dijo que estaba siguiendo al otro vehículo y que no se dio cuenta de la velocidad. Sin embargo nosotros rebatimos eso con evidencias, con el registro fílmicos y testigos. No es lo mismo seguir un auto a 40 que a 132 kilómetros por hora”.

Los fiscales hicieron mención a dos testigos fundamentales en la causa, uno es un vecino del lugar, quien se encontraba guardando el auto en el garage de su casa. El hombre vio que venían corriendo picadas, se quedó parado y observó el choque. De ese domicilio se obtuvieron cámaras de seguridad.

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El otro testigo es quizás el principal en la causa. Se trata de un amigo de ambos conductores que al momento del choque se encontraba en el asiente del acompañante del vehículo de Pablo M.

El hombre es considerado una víctima por la Fiscalía, que señaló que el hecho le ocasionó serias lesiones psíquicas, ya que, según se corroboró con un informe médico, producto del siniestro sufre de stress post-traumático.

Por último, indicaron que faltan pericias accidentológicas, reconstrucción de siniestro y todas las cámaras. Una vez que esto concluya, se pasará a la calificación final.

La tragedia

El hecho ocurrió en las primeras horas del sábado 20 de marzo, cuando dos personas conducían a toda velocidad y a la par por Avenida del Rosario, y al llegar a Ayacucho, sin frenar, el Renault Sandero impactó contra el Citroen C3, que conducía David Pizzorno. Aún no está definido si el auto de Pablo M., un Citroen C4, llegó a chocar contra el auto de Pizzorno o lo pudo esquivar a último momento.

En el choque, producido finalmente por Germán S. fallecieron en el acto David Pizzorno, de 43 años, su hijo Valentino, de 8. Mientras que Cintia, madre de Valentino y esposa de David, resultó gravemente herida y hospitalizada, hasta que días después fue dada de alta.

Pablo M. resultó ileso pero tras el hecho se presentó en una comisaría, donde quedó detenido hasta que se desarrolló la audiencia imputativa el lunes siguiente, que definió la prisión preventiva.