Fuga de la comisaría 5°: revelaron cómo ocurrieron los hechos, con un escobillón como protagonista
Tras la evasión de este domingo, permanece prófugo Jonatan Emanuel Oviedo (33 años), quien había sido arrestado el 9 de abril por una tentativa de robo simple y estaba en prisión preventiva efectiva después de haber sido imputado.
El jefe de la Policía de Rosario, Daniel Acosta, explicó que la fuga de la comisaría 5ª ocurrida este domingo último fue perpetrada por reclusos que atacaron a un policía que había ido a buscar elementos de limpieza a la celda donde estaban los presos.
«Las recapturas fueron rápidas porque hay más unidades en la calle y hay más presencia policial», afirmó.
En conferencia de prensa, el titular de la Unidad Regional II señaló que la evasión tuvo lugar a las 20 de este domingo, cuando «el cabo de cuarto se arrimó al penal para retirar elementos donde estaban los detenidos. Cuando abre, lo arrebata un interno con un palo y lo siguieron otros internos que estaban por detrás. Lograron ganar la puerta y como el cabo de cuarto tenía un refuerzo, se trató de evitar que salgan todos».
«Hubo un forcejeo. Cinco se escaparon, treparon las paredes del fondo de la comisaría», enfatizó Acosta.
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Consultado sobre el palo usado para golpear al oficial, el jefe de policía local explicó: «Ocurrió cuando fue a retirar los elementos de limpieza, escobillones. Con eso lo sorprendieron. Él está bien, tiene un golpe en el pecho y otro en el rostro».
«Está sobrepasada la cantidad de detenidos. Hay dos celdas (en la seccional 5ª), con capacidad de 12 personas cada uno. Tendríamos que alojar a 24 y hay 55», amplió.
Por último, Acosta añadió: «Una oficial de guardia corrió y solicitó apoyo radial. La cantidad de móviles en la zona dio una rápida respuesta. Todos fueron aprehendidos en no más de quince cuadras a la redonda».
Tras la evasión de este domingo, permanece prófugo Jonatan Emanuel Oviedo (33 años), quien había sido arrestado el 9 de abril por una tentativa de robo simple y estaba en prisión preventiva efectiva después de haber sido imputado.
En la comisaría de barrio Abasto ya había ocurrido una fuga el 20 de mayo, cuando once internos limaron los barrotes del techo del patio y se escaparon. El hecho, insólitamente, se descubrió horas después cuando uno de los prófugos se fue a entregar al edificio policial acompañado por su madre.