Robledo Puch pidió la libertad o la muerte
El asesino serial conocido como el “Ángel de la muerte”, lleva 43 años preso por matar a 11 personas y volvió a pedir que le apliquen la inyección letal si no le conceden la libertad.
- Judiciales
- Dic 24, 2015
Carlos Robledo Puch, el asesino serial conocido como el «Ángel de la muerte» que lleva 43 años preso por matar a 11 personas, volvió a pedir en las últimas horas que le apliquen una inyección letal si no le dan la libertad.
«Prefiero que me maten a seguir preso», le habría dicho a su abogado José Luis Villada, al mismo tiempo que manifestó su intención de salir de prisión y radicarse en Paraguay, invitado por un empresario que lo alojaría en su casa.
Robledo Puch, apodado por la prensa «Ángel de la Muerte», quien cometió una serie de crímenes que conmocionó al país, es el hombre más antiguo del servicio penitenciario y según trascendió, al tomar conocimiento de la liberación de otro asesino múltiple, se contactó con su abogado para pedirle con su petición de salir de la cárcel o que le den una inyección letal, argumentando que «no soporta más vivir detrás de las rejas».
En febrero de 2016, Robledo Puch cumpliría 44 años de encierro ininterrumpido y en la actualidad, su hábitat en una pequeña celda de un pabellón de la Unidad Penal de Sierra Chica.
A los 63 años, pretende salir o que lo maten, aunque en caso de prosperar su solicitud, contó que un empresario le daría alojamiento en Asunción del Paraguay. Según su abogado José Luis Villada, su defendido «está harto» del encierro.
«Entre mayo y junio de este año, presentamos un recurso extraordinario de pedido de liberación por agotamiento de la pena y planteamos la nulidad de la reclusión perpetua, aunque no tuvimos respuesta alguna», agregó.
Además, manifestó que Robledo Puch cuenta con recursos para poder vivir fuera de prisión, producto de un dinero que posee por una herencia y que un empresario (con el que lo uniría una relación familiar) le ofreció radicarse en Paraguay.
Cabe recordar que en 2013, se había presentado una nota ante la Cámara de Apelaciones de San Isidro, donde pedía que le aplicaran la «inyección letal» si no lo daban la libertad, pero ese pedido no fue atendido.