La viuda del bolichero asesinado no reconoció a “Guille” Cantero como el tirador
Se trata de Betiana Mabel Quintana quien fue la única testigo presencial del asesinato de Diego Demarre ya que iba con él al momento del ataque a tiros. Era el dueño del boliche Infinity Night donde fue ultimado el líder de la banda, Claudio “Pájaro” Cantero.
- Judiciales
- Feb 23, 2018
La viuda del dueño del boliche «Infinity Night» de Villa Gobernador Gálvez, Diego «Tarta» Demarre, cuyo crimen a balazos cometido en mayo de 2013 se ventila en el juicio a la banda “Los Monos», no reconoció en la audiencia de este jueves al acusado Ariel Máximo «Guille» Cantero como el autor de los disparos.
Se trata de Betiana Mabel Quintana, quien fue la única testigo presencial del asesinato del bolichero ya que iba con él al momento del ataque a tiros.
Esta mujer había declarado tres veces al inicio de la investigación que «no pudo reconocer» a los atacantes y que solo había podido ver «una nube blanca» producto de los disparos, pero en la audiencia de este jueves reiteró una versión distinta en una nueva audiencia del debate oral.
«Pude ver a un hombre menor de veintidós años, de tez blanca, flaquito, que tenía anteojos de sol oscuros cuando sacó el brazo y disparó el arma», indicó la testigo al describir una fisionomía opuesta a la de «Guille» Cantero, quien tiene tez trigueña, es robusto y usa anteojos recetados.
Consultada tanto por el abogado defensor Fausto Yrure y el fiscal Luis Schiapa Pietra, la mujer dijo que cambió su declaración «un año» después del crimen porque «no podía con lo que tenía» en su «mente» y porque «veía por los medios (de comunicación) que se estaba acusando a otra persona mientras que el asesino de Diego estaba libre».
Sin embargo, el fiscal mostró la declaración que Quintana había hecho en la causa como testigo protegido el 27 de septiembre de 2013, cuatro meses después del homicidio, y en la que ella describió al tirador como «un joven menor de veintidós, de tez blanca, flaquito, que usaba anteojos oscuros de sol finitos y que vestía con una gorra»; dichos que luego ratificó en 2014.
En su declaración de este jueves, la mujer añadió que pudo ver «el brazo del atacante que apuntó y disparó una seis o siete veces», al punto que «una bala» le «rozó la pierna», tras lo cual, «Diego se cayó sobre» su «cuerpo».
«Todo duró unos segundos», relató Quintana, mientras que en la audiencia se exhibió un video en el que se observó que el Volkswagen Bora blanco de los homicidas no se detuvo cuando el acompañante disparó contra el vehículo en el que iban Demarre y ella.
Por ello es que el fiscal sostuvo que sería poco probable que la testigo pudiese «ver» en «segundos» lo que posteriormente declaró «con detalles».
Por su parte, Quintana aclaró que en las primeras declaraciones había dicho que no «alcanzó a ver nada», excepto que habían sido atacados desde un auto de «color blanco», ya que su hijo de 9 años y ella «tenían miedo» tras haber sufrido su casa otros «atentados a balazos» previos.
Lo que llamó la atención de los investigadores es que cuando la mujer se presentó a declarar en la causa para desligar a «Guille» Cantero lo hizo acompañada de los abogados de «Los Monos».
Las sospechas de los pesquisas, basadas en escuchas telefónicas al principal acusado realizadas luego de esa última declaración de Quintana, apuntan a que este cambio de versión fue inducido.
Según los acusadores, el crimen de Demarre fue una venganza por el asesinato del por entonces líder de «Los Monos», Claudio «Pájaro» Cantero, cometido un día antes en la puerta del boliche «Infinity Night», ante la presunción de que su dueño lo había «entregado».
El 27 de mayo de 2013, Demarre y Quintana iban a bordo de una camioneta Peugeot Partner color gris cuando, de acuerdo a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, fueron emboscados antes de llegar a su casa, en la esquina de bulevar Seguí al 900 y Maipú, en el sur rosarino, por los ocupantes de un Volkswagen Bora blanco.
Tras los disparos, la mujer tomó el volante y trasladó a su marido baleado hasta el hospital más cercano donde Demarre murió a poco después.
Para los acusadores, el auto de los homicidas era conducido por Andrés «Gitano» Fernández, quien tenía de acompañante a «Guille» Cantero.
A su vez, Leandro Alberto «Gordo» Vilches y Jorge Emanuel «Ema» Chamorro están acusados de «partícipes secundarios» ante la sospecha de que se encargaron de seguir a la víctima y alertar de sus movimientos a sus cómplices.
Otros testigos aportados por la defensa, todos vecinos y amigos de «Los Monos», declararon también hoy y coincidieron en que al momento del asesinato de Demarre, la banda estaba en el «velorio» del «Pájaro» Cantero.
El juicio oral continuará el lunes próximo cuando comenzará a ventilarse el triple crimen de Marcelo Alomar, Nahuel Alomar y Norma César, cometido un día después del homicidio de Demarre.
Un perito en Balística de la Policía Científica santafesina declaró el martes pasado que el arma con la que mataron al «Tarta» fue utilizada luego para cometer los asesinatos de Alomar y César el 28 de mayo de 2013.
En total, «Los Monos» son sometidos a proceso por «asociación ilícita» y cinco homicidios, los cuatro ya mencionados más el de la adolescente Lourdes Cantero, quien no tenía vínculos familiares con los Cantero bajo sospecha.