Una grotesca batalla por un terreno terminó con cinco muertos en La Matanza y la violencia no cesa
Personas buscaron aprovecharse de un grupo de vecinos para la compra de terrenos que en realidad eran públicos. Al sentirse estafados por los planteos, la tensión escaló hasta que comenzaron a los tiros. En una semana, los muertos por violencia lesiva en La Matanza subieron a nueve.
- Nacional
- Ene 15, 2024
El municipio de La Matanza se convirtió en un polvorín la tarde del pasado domingo luego de que, en la localidad de González Catán, un grupo de vecinos asentados de forma irregular sobre los terrenos de una tosquera donde se supone iban a negociar la compra venta de unos terrenos usurpados. Llegado el momento, tres personas identificadas como los “vendedores” comenzaron a disparar a los delegados de los vecinos, acabando con la vida de cinco personas. Esto sólo fue el inicio de una escalada de violencia interpersonal en La Matanza, que llegó a contabilizar nueve homicidios.
El lugar se encuentra ocupado por personas en situación de calle que elevaron allí sus ranchos desde aproximadamente doce meses. La sociedad que allí se conformó tomaba sus decisiones a través de una asamblea. El detonante de la gresca fue el loteo de una plaza, anunciado por tres hombres que se reunieron con los delegados de los vecinos, en una asamblea pautada con antelación con motivo de la venta de los terrenos donde las familias se habían asentado.
Fuentes judiciales explicaron que se estaba incurriendo en el delito de estelionato, que no es otra cosa que vender algo que no es del vendedor o que es de objeto público. Este es el caso de una plaza, concurrida por los hijos de los vecinos, por la que estaban pidiendo dinero. Esto encendió el enojo de algunos delegados y la reacción de los “vendedores” fue desenfundar armas de calibre 9 milìmetros, segùn lo pesquisado por las autoridades, y luego finalmente comenzaron a disparar.
En el lugar se encuentran alrededor de 500 familias que buscan poder establecerse en el lugar, ubicado en una
“La gente comenzó a correr a estos tres hombres, tirándoles piedras y palos, hasta que en un momento lograron darse vuelta y les dispararon”, señaló la fuente.
Un vocero policial indicó que los atacantes efectuaron al menos 40 disparos con pistolas calibre 9 milímetros, por lo que posteriormente, los peritos que trabajaron en la zona, pudieron recoger algunas vainas servidas a pesar de que el terreno es de grandes dimensiones y con vegetación.
Los heridos fueron trasladados en ambulancias o por sus propios medios a hospitales de la zona como el Balestrini. Uno de ellos, que fue a la guardia por sus propios medios, se convirtió en un sospechoso. Al parecer, también habría estado armado al momento del ataque.
Los vecinos de la zona se negaron a declarar a la Justicia. El fiscal Adrián Arribas, titular de la UFI de Homicidios de La Matanza, se sorprendió al encontrar gran cantidad de videos de momentos posteriores al ataque. Sin embargo, no puede verse a quiénes disparan. Otra serie de indicios apuntan a que los tiradores habrían sido llevados por la asamblea inmobiliaria como culatas ante cualquier riesgo. Los posibles compradores también habrían llevado armas para defenderse.
Resolver a los tiros
En el mismo momento en que la masacre de La Matanza, como la ha llamado Juan Grabois en su cuenta oficial de X (ex Twitter), otro asesinato ocurría en la zona de Coronel Dorrego, en Lomas del Mirador. Fuentes judiciales se inclinan por la hipótesis de que se trata de un ajuste de cuentas.
Ese mismo fin de semana, dos homicidios ocurrieron en situación de uso de arma de fuego. En Isidro Casanova, un Policía de la Ciudad asesinó a un chico de 14 años e hirió a otros de 19 mientras intentaba frustrar un supuesto robo. Los jóvenes viajaban arriba de una moto Honda Wave y estaban desarmados. El efectivo quedó detenido.
Otro hecho similar ocurrió en Laferrere, un hombre perdió la vida luego de que el esposo de la mujer a la cual estaba robando intercediera. El hombre es efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA). No obstante, el fiscal Arribas consideró que el hombre operó en respeto de la ley y no tomó sanciones contra el efectivo.
Una supuesta venganza barrial, según lo detallado por la policía, habría acabado con la vida de otro hombre en el barrio de San Alberto, en Casanova, completando de esa manera nueve homicidios en el territorio bonaerense, la mayoría perpetrados por un móvil: la violencia y la ira como forma resolver los conflictos interpersonales.