El gobierno de Javier Milei es el único de toda Latinoamerica que no repudió el intento de golpe de estado en Bolivia de manera pública. Los diferentes presidentes de las naciones de la región hicieron visible su posicionamiento contra el putch militar del ex comandante Juan José Zúniga, mientras que en La Libertad Avanza (LLA) nadie se posicionó de manera directa sobre lo ocurrido.

Los jefes de Estado latinoamericanos se proclamaron en pos de la democracia en el Estado Plurinacional de Bolivia, tanto con sendos comunicados como con expresiones a través de sus perfiles oficiales en redes sociales. No obstante, ni el presidente Milei ni su Gabinete expresaron alguna opinión en rechazo del levantamiento de las Fuerzas Armadas. Solo una salvedad con el mensaje de la canciller Diana Mondino.

«Los gobiernos, sean buenos o malos, gusten o no, se cambian únicamente en las urnas. No se cambian con violentos golpes de Estado. La democracia no se negocia», expresó la ministra de Relaciones Internacional o Culto.

 

«Convoco de urgencia a los presidentes de los países miembros de la CELAC, a condenar el fascismo que hoy atenta contra la democracia en Bolivia y exigir el respeto pleno al poder civil y a la Constitución», expresó la mandataria hondureña, Xiomara Castro.

 

«Manifestamos la más enérgica condena al intento de golpe de Estado en Bolivia. Nuestro total apoyo y respaldo al presidente Luis Alberto Arce Catacora, auténtica autoridad democrática de ese pueblo y país hermano», sostuvo por su parte el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

 

«Total rechazo al golpe militar en Bolivia. Invito a todo el pueblo boliviano a la resistencia democrática. América Latina debe unirse a favor de la democracia. La embajada de Colombia debe otorgar refugio a los perseguidos», manifestó por su parte el titular colombiano, Gustavo Petro. 

 

«Desde Chile manifiesto mi preocupación por la situación en Bolivia. Expresamos nuestro apoyo a la democracia en el hermano país y al gobierno legítimo de Luis Arce», remarcó el jefe de Estado chileno, Gabriel Boric.

 

«La posición de Brasil es clara. Soy un amante de la democracia y quiero que prevalezca en toda América Latina. Condenamos cualquier forma de golpe de Estado en Bolivia y reafirmamos nuestro compromiso con el pueblo y la democracia de nuestro hermano país», comunicó el presidente brasileño, Lula Da Silva.

 

«Denunciamos indicios de posible acción militar contra la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia que tendría graves consecuencias. Rechazamos los intentos de subvertir la voluntad popular», escribió el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. 

 

«Condenamos enérgicamente los hechos en desarrollo en Bolivia protagonizados por un sector de sus FFAA, que atentan contra su orden democrático y constitucional. Expresamos nuestra solidaridad con el legítimo gobierno del Presidente Luis Arce», replicó el mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou.

 

Con esto, claramente se pone en tela de juicio el supuesto perfil democrático de un Gobierno que, en este caso por omisión, deja de manifiesto su sesgo ideológico y hasta social en un conflicto muy grave que se suscitó en este miércoles. En un equipo que tiene entre sus integrantes a una vicepresidente famosa por visitar a ex militares de la dictadura que tuvo lugar en nuestro país entre 1976 y 1983, nada sorprende.

Una mancha más para una gestión lejana de la gente, de la justicia social, de la soberanía, del pacto democrático, de los derechos y las conquistas conseguidas. El único propósito de Milei y su séquito es perpetuar un fascismo que legitima la violencia económica, institucional y política contra su pueblo, en pos de favorecer las ganancias del establishment financiero internacional, los que siempre ganan, en detrimento de los que siempre pierden.