Contagiados del clima de transición, en el Concejo evitan tratar temas sensibles
Quienes transitan el Palacio Vasallo, si bien allí se respira tranquilidad, reflejan el momento que atraviesa la política santafesina (y en parte también nacional): una etapa de cambios, reordenamientos y, claro, también continuidades.
Por Facundo Díaz D’Alessandro
El Concejo Municipal de Rosario parece impregnado de lleno por el momento político actual de la ciudad (y sobre todo también en la provincia de Santa Fe), en plena transición de cara al cambio de mando del 10 de diciembre próximo.
Ese día, Pablo Javkin y Omar Perotti reemplazarán a Mónica Fein y Miguel Lifschitz, respectivamente, como intendente de Rosario y Gobernador de Santa Fe. Así, el socialismo perderá sus dos bastiones, aunque no quedará del todo diseminado pero sí debilitado.
En el Palacio Vasallo entienden que lo que viene es una etapa nueva y, a la espera de ver como va reconfigurándose el tablero, se evitan temas de mayor relevancia e incluso de «sensibilidad», es decir aquellos que sin verdadero relieve para la gestión local, puedan generar rispideces y debates interminables, que suelen oscilar entre la chicana y lo improductivo.
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Así, la sesión de este jueves repitió la tónica de las últimas anteriores, salvo alguna excepción (la pasada semana no se sesionó, como en cada previa a las cuatro jornadas electorales de 2019) y transitó sin sobresaltos.
El único proyecto que generó una controversia, aunque mínima, fue una declaración de beneplácito por parte del cuerpo (es decir una mera manifestación de gratitud) por la distribución de misoprostol en efectores de salud santafesinos.
El bloque Cambiemos, a excepción de los ediles Carlos Cardozo y Renata Ghilotti, votó en contra del expediente. El concejal del peronismo, Roberto Sukerman, pidió a su par de Pro, Gabriel Chumpitaz, que fundamente su decisión, algo que éste evitó a tono con el clima anodino del recinto y amparado por la normativa.
En tanto, hacia el final de la sesión, se aprobó un pedido de informes impulsado por el edil Roy López Molina, para dar cuenta de algunas particularidades y sospechas que quedaron expuestas con un “asesinato por encargo de los tantos que nos hemos acostumbrados en Rosario”. “¿Cómo puede ser que un sujeto como alias “Ema Pimpi” Saldoval, transcurra su pena de prisión en su casa, con la gravedad institucional que significó haber incitado un atentado contra un ex Gobernador de la Provincia”, dijo el presidente del bloque Cambiemos.
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Además, los concejales dieron por aprobado el proyecto de la edila Renata Ghilotti, de Cambiemos, para que en todos los baños, tanto sean de hombres como mujeres y que estén a cargo de bares y restaurantes concesionados, se incorporen cambiadores de pañales para bebes y niños.
Por su parte, la concejala de Iniciativa Popular, Fernanda Gigliani, volvió a reclamar al ejecutivo municipal por irregularidades en el funcionamiento de los «Food Trucks».
Susurros del futuro cercano
Los proyectos votados tienen que ver más con lo netamente administrativo (obviamente necesario) pero no hay mayor densidad política, a la espera de definiciones de quienes arriban al poder en apenas 40 días.
En ese sentido, Javkin dará a conocer todos los nombres de su gabinete este viernes, y algunos comenzaron a trascender. Se mencionan continuidades (reordenamientos mediante), como Leonardo Caruana, Nicolás Gianelloni, Adrián Ghiglione y Gustavo Zignago. También retornos, como el de Sebastián Chale y Diego Leone, e incorporaciones con o sin paso previo por la gestión.
Respecto a la futura presidencia del Concejo, si bien puertas adentro ya se habla del tema, poco y nada emerge a la superficie. María Eugenia Schmuck parece la señalada natural para el cargo y, tras el affaire de 2015 en el que la perdió a manos de Daniela León (otra que vuelve), lo pretende.
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El bloque mayoritario seguirá siendo el de Cambiemos, que ostentó a través de la figura de Alejandro Roselló la presidencia en los últimos dos años, aunque las rencillas internas de ese espacio, que llevan tiempo pero ganaron espacio en la opinión pública en los últimos días, podrían ensombrecer las posibilidades de retener ese sillón clave.
Desde el justicialismo también se anotan para ocuparlo, y es que se trata del segundo lugar en la línea de mando rosarina, inmediatamente detrás del intendente. Para eso debiera existir algún entendimiento entre gobernador y e intendente electos, ya que el del PJ no está entre los dos bloques más nutridos del órgano legislativo local.
En ese caso, quien estaría en condiciones parece ser el edil Eduarto Toniolli, ya con algunos años en el recinto, y más si finalmente Sukerman deja su banca para ocupar un cargo en el gabinete de Perotti, algo que asoma casi como un hecho consumado, aunque con el rafaelino nunca se sabe.
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Lo cierto es que el 2019 no fue un año particularmente productivo en el Palacio Vasallo, al menos en términos de aprobación de ordenanzas y proyectos de espesor.
Si bien vale aclarar que el trabajo de un concejal va más allá (aunque incluye) pulsar un botón electrónico para aprobar o no expedientes, es entendible que los dirigentes se enfoquen en las campañas (retener o alcanzar el poder es parte central de la tarea de un político y quienes así no lo entiendan están en contra de la política en sí).
Resulta raro que, al menos en ese tono electoral, no se hayan aprovechado más las sesiones para avanzar en proyectos marcadamente beneficiosos para la ciudadanía, al menos si no por vocación, en el afán de conseguir votos.